Es la época de las tradicionales películas navideñas y Netflix lo sabe. El chico que salvó la Navidad, dirigida por Gil Kenan, es la última adición al catálogo de diciembre. Su combinación de magia, amor familiar y nieve es perfecta para ver en familia en estas fechas.
La película fue realizada en Reino Unido y sigue el viaje de Nikolas (Henry Lawfull), un niño que se aventura al norte en busca de su padre Joel (Michiel Huisman). La historia es contada por la Tía Ruth (Maggie Smith) quien cuida a sus sobrinos nietos.
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Nikolas vive con su padre leñador en un helado bosque en Finlandia, en medio de una escasez de alimentos. A pesar del frío y el hambre, padre e hijo se consuelan en el recuerdo de la madre fallecida de Nikolas, quien llamaba Christmas (Navidad) a su hijo.
Cada noche el niño le pide a su padre que le cuente la historia que le dejó su madre antes de morir, un relato de Elfhelm, el pueblo de elfos mágicos que una niña descubre en la cima de una gran montaña.
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Un día, el rey del pueblo (Jim Broadbent) invita a los lugareños al palacio, ofreciendo una recompensa a quien logre devolver la esperanza y felicidad al reino. Joel y otros vecinos deciden entonces ir en busca de Elfhelm, esperando encontrar algo en el mágico lugar que los haga merecedores de la recompensa del rey.
Mientras tanto, Nikolas se queda con su Tía Carlotta (Kristen Wiig), quien no lo soporta ni lo alimenta. La aventura comienza cuando el niño encuentra un mapa hacia Elfhelm escondido en un gorro que había tejido su madre.
La travesía de Nikolas estará llena de magia y sorpresas, como darse cuenta de que su mascota ratón puede hablar. También se encontrará con peligros y desafíos que deberá sortear para llegar al pueblo mágico.
La película, de casi dos horas de duración, está inspirada en el libro A boy called Christmas, de Matt Haig. (E)