Con una clara alusión a El león, la bruja y el ropero (el armario, en algunas traducciones), la novela de 1950 de C. S. Lewis, la miniserie derivada de Star Wars Ahsoka cerró su primera temporada, con un final francamente abierto, satisfactorio para muchos, frustrante para algunos.

Los fanáticos satisfechos alientan la esperanza de que esto significa que habrá continuación, pero es probable que esto sea en una película todavía sin fecha, prometida por el productor Dave Filoni, en la que conectará este título con otros como The Mandalorian y The Book of Bobba Fett.

Publicidad

Es un episodio en el que hay reencuentros y despedidas. La más significativa podría ser la del actor británico Ray Stevenson, quien encarnó al excaballero Jedi Baylan Skoll. Stevenson falleció en mayo de este año, dejando a su personaje tal como al final de Ahsoka, rodeado de misterio.

Los reencuentros son agridulces. El mayor temor de los rebeldes, el retorno de uno de los máximos representantes imperialistas, el Gran Almirante Thrawn (Lars Mikkelsen), se ha cumplido. Pero él, sin querer, se ha traído a su rival, quien ya lo ha derrotado anteriormente.

Publicidad

Se trata de Ezra Bridger, el héroe que expulsó a Thrawn de la galaxia por más de una década, al costo de ser exiliado también. Entonces era un adolescente, ahora es un talentoso Jedi adulto que, tal vez un poco tarde, ha adquirido su primer sable de luz, guiado por el droide Huyang.

Ezra Bridger (Eman Esfandi) en su primera representación en acción real; fue creado como personaje animado. Foto: Lucasfilm Ltd.

El creador y productor de Ahsoka, Dave Filoni, aprovecha al sabio robot para recordarnos que en el centro de la narración está la relación entre maestro y aprendiz Jedi, que es “tan desafiante como significativa”. Pero también lo usa para enlazar aún más la miniserie con Star Wars Rebels y su héroe, el Jedi Kanan Jarrus. Huyang instruyó a Kanan cuando era un younling (iniciado) en el templo Jedi. Kanan entrenó a Ezra cuando el templo ya había sido destruido. De esta manera, la historia de Ezra y su maestro tiene cierre.

Pero la de Ahsoka y su padawan Sabine Wren todavía no. A ellas, Filoni las deja con nuevos amigos y enemigos, y con la oportunidad de pasar tiempo juntas para completar el entrenamiento que se interrumpió.

Y se interrumpió no por Sabine, sino por los temores de Ahsoka, que han sido resueltos en estos ocho episodios en que ella por fin se ha enfrentado al fantasma de su maestro, Anakin Skywalker. Ahora puede retomar sus enseñanzas y recordar que antes de la caída, él siempre estuvo de su parte. Y puede creer que tiene su aprobación para entrenar a su propia alumna.

Así que es un cierre para Anakin y Ahsoka, pero no para otra de las razas de la serie, las brujas de Dathomir. Ellas al fin salen de su propio exilio y vuelven a su planeta, pero sus intenciones están por verse.

Parecería que lo único que ha logrado Filoni en Ahsoka es cambiar de lugar a ciertos personajes, y ellos lo admiten al final. Pero en ese camino también los ha cambiado por dentro. Ahora cada cual está donde tiene que estar. Y tal vez sí sea para dar inicio a la nueva película. (E)