La grabación del desnudo frontal de un actor durante una obra de Broadway por parte de un asistente del público, y su posterior filtración en las redes sociales, suscitó esta semana una acalorada polémica en Estados Unidos sobre la privacidad de los profesionales y cómo garantizarla.

El afectado, Jesse Williams, uno de los protagonistas de la obra sobre la homofobia en el deporte Take Me Out, por la que ha recibido una nominación a un premio Tony, recibió numerosas muestras de apoyo desde que este martes salieran a la luz unas imágenes de su actuación grabadas por un espectador que estaba infringiendo las normas.

La reconocida obra, producida por la compañía Second Stage y que se presenta en el Hayes Theater de Nueva York, obliga a los asistentes a guardar sus teléfonos en unas bolsas especiales que se sellan al principio de la obra y de todas formas les prohíbe tomar fotos o videos, según advierte en sus mensajes.

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La productora teatral dijo en un comunicado que está “consternada porque esa política haya sido violada y se haya publicado un video no autorizado” de la obra, en la que Williams, que interpreta a un jugador de béisbol que “sale del armario”, actúa desnudo unos minutos, igual que otro compañero, en una escena que transcurre en un vestuario.

Tomar fotos de alguien desnudo sin su consentimiento es altamente objetable y puede tener graves consecuencias legales”, expresó la compañía, que ha estado solicitando activamente que se eliminen los archivos en las redes sociales y ha añadido “personal adicional” para asegurar que se cumplen sus políticas.

Según dijo este miércoles a The New York Times su director, Peter Dean, el equipo de seguridad vigilaba a través de una cámara el comportamiento de la audiencia en las escenas de desnudos, pero ahora ha añadido una cámara nueva con rayos infrarrojos para tener una imagen más clara de posibles infracciones.

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El mayor sindicato de actores y directores de escena teatrales de EE. UU., Actors Equity, condenó en un comunicado el incidente y consideró que constituye “acoso sexual” y una “espantosa brecha” en el acuerdo de consentimiento entre los actores y el público, que afecta a la “capacidad de contar historias con arrojo y valentía”.

Uno de los compañeros de Williams, el actor Jesse Tyler Ferguson, se pronunció de manera similar y se mostró “horrorizado por la falta de respeto” hacia los actores cuya “vulnerabilidad en el escenario es crucial cada noche”, y arremetió contra “cualquiera que aplauda o trivialice” la grabación y distribución de imágenes.

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Curiosamente, el actor no se ha pronunciado, pero en una intervención en el programa Watch What Happens Live After Show grabada horas antes de la filtración, comentó sobre la posibilidad de que lo grabasen: “Es un cuerpo, una vez lo ves te das cuenta de que, bueno, ¡es un chico! (...) Simplemente no tengo que darle mucha importancia”. (E)