Por lo general, las sociedades manejan unos códigos de belleza en que los cuerpos esbeltos o musculosos marcan el prototipo de “hombre hermoso” y “mujer hermosa”. Por “desgracia”, Fatalicio Vaca Gando no corrió con esa suerte: su existencia ha tenido muy mala ventura desde su propio nombre hasta su vida cotidiana. Usted podrá conocer la desafortunada historia de este hombre en el monólogo La mala suerte de llamarse Fatalacio, que regresa este jueves a los escenarios locales luego de siete años.