El Teatro Centro de Arte de Guayaquil se prepara para un año que combinará estrenos internacionales, homenajes sinfónicos, propuestas familiares y nuevos formatos musicales. En 2026, la Fundación Inge Brückmann, conocida antes como Sociedad Femenina de Cultura, celebrará 60 años de gestión cultural, mientras el teatro conmemorará 38 años de actividad, dos hitos que se reflejan en una agenda diversa y sostenida durante todo el año.
“Es un año de celebración, pero también de movimiento”, afirma Malú Rivera Hinojosa, directora de Marketing y vocera del teatro. “Queremos que el público vuelva a ver al Teatro Centro de Arte como un punto de encuentro entre artistas, familias y experiencias en vivo”.
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Inaugurado en 1988, el teatro ha sido escenario de conciertos, festivales y montajes nacionales e internacionales. Rivera recuerda que fue uno de los pocos espacios que mantuvieron su actividad durante la pandemia. “Desde mi visión artística te puedo decir que este teatro tiene una de las mejores acústicas del país”, comenta.
Producciones internacionales y el regreso del teatro a escena
El año se iniciará con El ansia, protagonizada por Roberto Manrique y Giovanna Andrade, que tendrá ocho funciones en enero.
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La programación internacional tomará fuerza desde el primer semestre: en mayo, el público podrá disfrutar del Ballet Nacional de El Salvador, con 25 bailarines en escena; y en junio, antes del Mundial, llegarán las obras españolas Pantone 361 y Jerónima.
La cartelera se cerrará en octubre con Mujeres de cartón, una ópera mexicana que fusiona música y cartonería artesanal. “Durante mucho tiempo el público pedía más teatro”, explica Rivera. “Estas obras fueron seleccionadas por la comisión artística por su recepción en otros países y su capacidad de conectar con audiencias adultas a través de la sátira, la reflexión y una estética moderna”.
Las coproducciones se realizarán junto con los gobiernos de España, México y El Salvador, bajo acuerdos que incluyen intercambio de logística, difusión compartida y taquilla conjunta.
Música sinfónica y experiencias inmersivas
El eje sinfónico será uno de los más amplios de la temporada. La Orquesta Filarmónica Municipal y la Orquesta Sinfónica de Guayaquil ofrecerán más de 24 conciertos durante el año, incluidos cuatro didácticos. Entre los más esperados se encuentran Rock sinfónico lado B, que abrirá la serie en abril, y el aclamado Harry Potter sinfónico, programado para mayo, el mismo mes en que se desarrollará la gala conmemorativa de los 60 años de la Fundación Inge Brückmann.
“El público nos lo pidió directamente”, explica Rivera. “Ese concierto se presentó en otro escenario y hubo mucha gente que quería verlo aquí. Lo sumamos como parte de nuestras experiencias sinfónicas, donde la gente no solo escucha música, la vive”.
Estas presentaciones incluirán degustaciones, activaciones y espacios de fotografía. La cartelera también contempla repertorios de Beethoven, Vivaldi y John Williams, además de nuevas versiones de obras clásicas adaptadas al formato inmersivo del teatro.
Domingos infantiles y tributos con nuevo formato
El componente familiar seguirá con fuerza. Los Domingos infantiles se renovarán desde abril, con obras cada dos semanas que mezclarán humor, valores y participación del público. “Queremos que los más pequeños vuelvan a tener contacto con el teatro, que lo vean como algo cercano y no como un recuerdo”, dice Rivera.
Cada función contará con actividades paralelas, entre ellas pintacaritas, sorteos, souvenirs, y reservará cupos gratuitos para fundaciones y colegios. Las entradas serán de pago, pero con tarifas diferenciadas para grupos estudiantiles.
En paralelo, las Noches de tributo cambiarán de formato y adoptarán un estilo café concert en la sala experimental. “Es un ambiente más bohemio, donde el público puede disfrutar de música y teatro en mesas, con servicio de bebidas y piqueos”, explica Rivera.
Entre las temáticas confirmadas figura una noche dedicada a los años 2000, con homenajes a Panda, My Chemical Romance y Caramelos de Cianuro.
Un año de aniversarios y proyectos formativos
Además de la gala de mayo, el teatro prepara actividades conmemorativas que se extenderán hasta diciembre, incluyendo colaboraciones con artistas nacionales y exposiciones sobre la historia de la fundación.
Uno de los proyectos más esperados es la posible reactivación del programa de Semilleros, que ofrecía formación gratuita en música, danza, pintura y teatro para niños y jóvenes. “Queremos recuperarlo, pero necesitamos apoyo financiero”, comenta Rivera. “Los semilleros fueron un espacio donde muchos descubrieron su vocación artística”.
El teatro mantiene abiertas sus escuelas artísticas, con clases de música, ballet, pintura y actuación durante todo el año, y sesiones de prueba gratuitas. Parte de la inversión anual, estimada en unos 400.000 dólares y que se destina a fortalecer la formación cultural y la coproducción internacional.
Rivera explica que la agenda se presenta con antelación para atraer auspiciantes e inversionistas. “Buscamos que la cultura también esté presente en esas decisiones”, afirma.
Así es como con teatro, ópera, ballet, sinfónicos y una programación pensada para todas las edades, el 2026 se perfila como un año decisivo para el Teatro Centro de Arte. “Competimos con la inmediatez digital, pero nada reemplaza la energía de un espectáculo en vivo”, reflexiona Rivera. “Este teatro no es solo un escenario; es parte de la memoria cultural de Guayaquil, y 2026 será el momento de volver a vivirlo”, finaliza. (E)