Sutiles, pero presentes.
El púrpura y el amarillo fueron parte del atuendo elegido por el presidente de la República, Daniel Noboa, y su esposa, la primera dama Lavinia Valbonesi, para asistir a la investidura del mandatario entrante la mañana del jueves 23 de noviembre en Quito.
El público entendió de inmediato que no se trataba de una casualidad, pues los colores fueron los tonos distintivos de su partido político (ADN, Acción Democrática Nacional) durante la campaña electoral en la que Daniel resultó triunfador.
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Los secretos detrás del maquillaje de Lavinia Valbonesi, primera dama del Ecuador
“La elección de un color para un candidato o partido político es tan esencial como su nombre o logotipo”, destaca Rafael Silva, politólogo y asesor de comunicación política. “Los colores comunican mucho antes de que el candidato o su partido hagan declaraciones públicas. Partamos de la psicología del color, los colores forman parte del entramado de la comunicación no verbal, un espectro inconsciente en el ser humano que se compone fundamentalmente de elementos visuales. En el caso de un partido político, si selecciona bien sus colores, tendría mayores probabilidades de que el electorado lo prefiera por sobre otro”.
Para Silva, ADN combinó dos colores que contrastan muy bien: el púrpura (color de fondo) y el amarillo (con el que resaltan letras, viñetas y diseños). “Por un lado, el púrpura apela a la abundancia y nobleza, mientras que el amarillo, el color vivo y brillante de esa combinación, representa la alegría y calidez”, opina.
Aunque Noboa eligió una corbata gris, un tono neutro según observa Silva y acertado para presentarse frente a una Asamblea Nacional polarizada, su esposa e hijos combinaron tonalidades de blanco y beige con púrpura en un sentido de pertenencia con el movimiento del presidente.
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“Adicionalmente, las imágenes de la familia presidencial en la Asamblea Nacional y en el pretil del Palacio de Carondelet transmitieron unidad familiar, un elemento que refrescó los protocolos, siendo además la familia más joven en llegar a la residencia presidencial”, analiza. “Con seguridad los colores de ADN estarán presentes en todo acto proselitista (...), aunque su uso continuo puede producir un desgaste de la imagen, además de la carga peyorativa que se puede crear en el imaginario de la gente, es decir, relacionar todo evento a un acto partidista”.
Los colores vistos desde el Neuromarketing
Para Tatiana Quintanilla, M. Sc. en Neuromarketing UPV por la Universidad Politécnica de Valencia, la nueva familia presidencial supo aprovechar -aplicando la psicología del color- los estímulos que provocan estos dos colores y a los que reaccionarán la parte consciente e inconsciente del ser humano.
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“Al usar amarillo, ellos están dando un mensaje claro a todo lo que implica juventud, energía, felicidad y creatividad. Este efecto busca conseguir que los votantes jóvenes amplíen su disposición a probar nuevas opciones, alternativas y estrategias”, explica la también docente y consultora sobre esta disciplina.
Mientras tanto, el púrpura promueve la estabilidad y el balance.
“Entonces, esta combinación nos recalca que existe un equilibrio entre el voto nuevo y lo distinto, con esa certeza y seguridad que comunica el púrpura”.
Para Quintanilla, el propósito de los esposos al lucir estos colores durante la ceremonia de investidura fue la representación.
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“Todos tenemos unos atajos mentales, a lo que podemos llamar heurística”, explica. “Y es todo aquello que de manera muy sutil hace que mi cerebro se remonte a un objeto o se conecte con otra referencia y ellos lograron llevar sus colores de campaña a un evento tan representativo. En resumen, el objetivo fue posicionarse de una manera delicada, provocando una asociación con su partido, pero desde un recordatorio muy sutil”.
“Esa asociación inconsciente ya ha formado en cada persona una connotación, lo cual puede ser positivo o negativo”, agrega. “Pero cada vez que estos dos colores se estén usando con sus rostros, con su imagen, se van a repensar esas ideas ya posicionadas. Difícilmente llegarán a saturarlos porque no lo hacen de una manera violenta, sino que aparecen en el momento adecuado. No es contraproducente reusarlo si se lo hace en equilibrio”.