Durante doce horas el público se acercó a distintas expresiones culturales, académicas y artísticas en el Centro Cultural Ecuatoriano-Alemán, que abrió sus puertas el sábado 30 de agosto para la segunda edición del Sommerfest 2025.
Las actividades fueron vinculadas a la vida alemana, en un espacio que busca integrarse a la agenda de la ciudad. La sede del instituto, ubicada en la avenida Francisco Boloña y Plaza Dañín, recibió desde las 09:00 a asistentes que participaron en talleres, presentaciones y activaciones abiertas.
Simoné Feraud, coordinadora de programación cultural y eventos, resume el sentido de la jornada: “Es un día en que invitamos a la comunidad a conocer de cerca el centro y a vivir un rincón de Alemania en Guayaquil”.
Publicidad
Entre la gastronomía y el aprendizaje de un nuevo idioma
El programa incluyó clases demostrativas de alemán, talleres de arte-terapia, zumba y meditación con cuencos. El actor Lucho Mueckay estuvo a cargo de un espacio formativo sobre actuación y expresión de personajes. La danza llegó con estudiantes de la UEES y de la escuela En Avant, mientras que la Orquesta Sinfónica Juvenil de la Prefectura del Guayas sumó un repertorio académico al encuentro.
El cierre estuvo a cargo del concierto de música alemana de los años treinta, bajo la producción de Francisco Ortega y con la participación de Sepia Jazz Band y Alberto Acosta Jr.
En paralelo se habilitaron puntos de comida con platos tradicionales alemanes y la cafetería del centro, Café Cultura, que ofreció café y repostería. Además, se sortearon cinco becas para el nivel inicial de alemán (A1): “Queremos que este espacio sea un primer acercamiento al idioma y a la cultura. Es una oportunidad para que muchos comiencen su camino en el aprendizaje del alemán”, señaló Feraud.
Publicidad
Una institución con 68 años de historia
El Sommerfest se realizó por segundo año consecutivo como parte de la programación cultural del instituto, que en 2025 cumple 68 años de trabajo en Guayaquil. Hasta la fecha ya hay más de 400 personas inscritas en la escuela: “Este tipo de espacios nos permiten abrir las puertas, mostrar cómo trabajamos y recibir a la ciudad entera en nuestra casa”, agregó Feraud. (E)