Bad Bunny conversó con Residente sobre lo que significaron los 31 conciertos que ofreció en Puerto Rico entre julio y septiembre bajo el título No me quiero ir de aquí. En la charla, el artista explicó que el propósito fue crear un espacio abierto a todos.

“Yo no quería que nadie se sintiera excluido. No importa ideología política, no importan los gustos musicales, no importa nada. De eso se trata: convivir dentro de diferencias y disfrutar. Aquí era bienvenido todo el mundo”, aseguró.

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El reguetonero contó que esa diversidad se reflejó en las gradas. “Aquí habían desde chamaquitos, jóvenes, adultos, ancianos de 80, de 90 años, sintiéndose joven, como que vistiéndose cool. A cada línea alusiva a la puertorriqueñidad y al orgullo de lo que es ser de aquí. Todo eso me llena un montón”, añadió.

Sobre la frase que dio nombre a la residencia, No me quiero ir de aquí, Bad Bunny explicó: “No me quiero ir de Puerto Rico, no me quiero ir de esta tarima. Pero, sin duda, el principal (sentido) es que no me quiero ir de mi casa. Cualquier persona que tuvo que dejar su país porque no tenía otra opción se puede identificar”.

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La entrevista fue publicada el 1 de octubre por la revista Billboard y en ella los artistas abordaron el vínculo de Bad Bunny con Puerto Rico y su futuro musical.

Residente compartió un extracto en sus redes sociales con un mensaje dirigido a su colega y amigo. “ La evolución es parte esencial del arte. Ver la evolución de Benito me emociona. Que sea puertorriqueño me emociona. Verlo defender la identidad de nuestra isla me emociona”.

El rapero destacó que los conciertos fueron más que un espectáculo. “Más allá de cualquier valor económico, lo que queda es la identidad y puertorriqueñidad que sembró con sus conciertos en la isla. Esa residencia fue una recarga para resistir los más de 127 años de colonia. Así como las raíces que rompen el cemento para seguir vivas, seguimos rompiendo el cemento: porque la identidad es tan fuerte que el entorno no la define. Por eso somos puertorriqueños aunque vivamos en la luna”.

De esta forma, la charla no solo repasó el éxito de la residencia, sino que puso en primer plano la fuerza de la identidad cultural puertorriqueña y cómo el arte puede convertirse en un espacio de resistencia. (E)