Después del rayo viene el estruendo del Trueno y eso fue lo que sucedió este sábado 21 de septiembre en el escenario del festival Wankabeats cuando el argentino Mateo Palacios Corazzina se presentó frente al público guayaquileño.

El show se inició alrededor de las 23:50 y apareció en el escenario preguntando ¿qué pasa con los guayacos?, para luego seguir con PLO PLO!, el primer tema de la noche y que forma parte de su más reciente producción de estudio titulada El último baile. Este también lo coreó para el público quiteño en el de Quito.

Publicidad

Tal como lo había prometido el cantante en una entrevista concedida a este Diario semanas antes de este concierto, se armó un ‘quilombo’ entre los asistentes, quienes disfrutaron cada vez que Trueno los invitaba a saltar y bailar.

En el set list no pudieron faltar temas como Night, Tierra zanta, Ñeri y su éxito más viral, Real Gangsta Love. “Siempre toca agradecer al público de Ecuador porque se conocen todas las canciones, pero también sé que hay una del último álbum que me dijeron que estuvo sonando por acá y que la gente la estuvo compartiendo demasiado. Yo solamente quiero decir gracias”, expresó antes de interpretarla.

Publicidad

Faltaban tres canciones para que terminara su presentación, pero hubo fallas de sonido en dos ocasiones, lo que alargó la velada. “Se cortó el sonido, no sé qué pasó, pero vamos a terminar el show como tiene que ser para toda la gente de Guayaquil”, dijo cuando ocurrió la primera pausa.

Trueno, el argentino que estuvo destinado al rap desde la cuna, viene a Ecuador para dos conciertos: “Yo sabía que iba a vivir para esto”

“Esperemos cinco minutitos más, tenemos que cantar las canciones que faltan, porque no nos podemos ir así. Este show es para ustedes”, afirmó tras la segunda y última pausa.

Luego de esto, volvió al escenario mientras vestía la camiseta de la selección de fútbol ecuatoriana para el penúltimo single que fue Atrevido.

Su intervención en el festival concluyó con la movida Dance Crip, que enloqueció a todos los presentes, no sin antes hacer la promesa de volver a la ciudad. (E)