Este sábado 21 de junio, el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura de Quito resonará con la música de The Beatles Symphony Fantasy, en el que se cumple el sueño de un reencuentro del cuarteto de Liverpool, en un show bendecido por el Cavern Club, el sitio que les dio cabida a los nacientes Beatles en 1961.
El director de esta sinfonía pop y rock es Damián Mahler, pianista, compositor y conductor argentino que comenta con orgullo beatlemaniaco: La producción cuenta con “nuestro John (Sebastián Spano), nuestro Paul (Hernán Migliano), nuestro George (Mateo Abelenda) y nuestro Ringo (Jorge Giorno)”, más dos teclados que se suman a la banda. Junto con el equipo técnico, es el staff fijo que viaja desde Argentina.
“Una de las cosas más lindas es que colaboramos con músicos de cada país y de cada ciudad. En este caso, nada menos que con la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador. Así que, encima de que tocamos en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura, es un doble compromiso y desafío para nosotros estar a la altura de semejantes músicos”, comparte Mahler, que lejos de considerar la música orquestal y el rock como mundos antagónicos, los sabe capaces de realzarse mutuamente.
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“La potencia de una banda de rock se suma a la majestuosidad de una orquesta sinfónica, y yo creo que ahí se produce una magia que es realmente espectacular”. De sus músicos, los cuatro encargados de revivir a los Beatles, asegura que son “unos obsesivos totales” cuando se trata de la reproducción fidedigna de esta música. “La estudian con obsesión y locura”, buscan la mayor cercanía y fidelidad con las voces originales.
El Cavern Club organiza un concurso en el que participan músicos latinoamericanos, y este grupo en específico ha sido seleccionado para viajar a la semana internacional de los Beatles que se celebra todos los años en agosto en Liverpool. “Eso habla de su capacidad como intérpretes”.
Pero Mahler tiene su propia historia con los Fab Four, y esta empezó cuando cumplió 13 años. “Me regalaron tres CD y recuerdo haber estado impactado por esa sonoridad y por ese universo que, lejos de ir olvidando con el paso del tiempo, en mí se fue haciendo cada vez más grande y presente. Es como el buen vino, va madurando y se pone mejor. Disfruto no solamente de hacer esta música, sino de escucharla”, confiesa señalando su biblioteca, en la que asegura tener todos los CD del grupo hasta ahora publicados. “En el momento en que tengo tiempo disponible, leo todo lo que puedo acerca de ellos, porque también me obsesionan”.
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El espectáculo fue creado por Mahler y Javier Fernández, las mentes de Sira Producciones, con la idea de buscar una nueva sonoridad. “Porque en los Beatles hay mucha música que fue creada con la presencia de una orquesta sinfónica, como A Day In the Life, Penny Lane, All You Need Is Love, pero otras no; entonces, hacerla protagonista en un escenario con la orquesta y la banda y el diálogo que se produce entre ellas nos parecía un desafío hermoso”.
Es también la divertida historia del auge y del abrupto fin justo en la cima de la fama de una agrupación cuya música une generaciones. “Vienen niños de 10 años con una remera de los Beatles, tal vez es la primera vez que escuchan una sinfónica en vivo, entonces tenemos la suerte de iniciarlos en ese camino, que ojalá sea muy fructífero para ellos”.
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Pero aun sin todo el brillo y las luces, la atemporalidad y el atractivo de los Beatles siguen siendo, en opinión de Mahler, un misterio. “Podría estar hablando un día entero o dos sobre esto, pero es la magia de la música. Fue y sigue siendo muy verdadera, muy genuina. La escribieron creyendo profundamente en lo que están diciendo. Y esa creencia y esa emoción resuenan en otros, y la hacemos propia. Nos damos cuenta cuando interpretamos All You Need Is Love frente al público, confirmando que necesitamos amor”. Esta canción, dice, suele ser el momento más emotivo de la noche, una ovación muy sentida.
“Pero por otra parte”, continúa, “tocas Ob-La-Di, Ob-La-Da y el público explota de alegría”. Hay que ir preparado para llorar, reír y bailar. El repertorio ha sido otro reto, con la inmensa discografía de los Beatles, y solo dos horas y un poco más de show. “Son de 50 a 52 canciones, porque voy a dar un spoiler, en algunos momentos hacemos popurrí, y en tres o cuatro minutos pasamos por cuatro o cinco canciones”, con todas las etapas del grupo incluidas.
Y finalmente, es un concierto con el toque de Mahler. Aquí se vuelve modesto. “Creo que el desafío es añadir sonoridades y texturas a una música a la que claramente no le falta ni le sobra nada”, resume. “Ese trabajo lo hago con el más profundo respeto y admiración a este tesoro que nos toca en suerte proteger y cuidar, en el mejor de los sentidos”, y eso implica no distorsionar ninguna pieza hasta que se vuelva irreconocible. Su deseo, concluye, es lograr un balance entre lo que puede aportar y lo que ya existe.
The Beatles Symphony Fantasy tendrá su única función en el Teatro Nacional de la CCE a las 20:00. Las entradas están en TicketShow: luneta alta $ 40; luneta baja $ 50, platea $ 70 y butaca $ 85. (E)
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