Trueno, Nicki Nicole, Tiago PZK, Khea, María Becerra, Rusherking, Lit Killah, Polimá WestCoast y Paloma Mami irrumpen en Estados Unidos como parte de una nueva ola de música urbana proveniente del sur del continente e impulsada por estrellas del reguetón caribeño.

“Esto apenas está empezando. El talento que hay en el sur es increíble y solo ahora estamos comenzando a despegar”, afirmó el intérprete urbano argentino Trueno en su primera gira de medios en Estados Unidos, durante la cual presentó su segundo disco, Bien o mal.

El álbum fue pensado “desde el principio” como una carta de presentación del artista y del movimiento urbano suramericano en el resto del mundo.

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“Creamos un concepto musical que refleja mi identidad y demuestra que la Argentina tiene hilos culturales que la conectan con toda Latinoamérica y la comunidad latina”, indicó el rapero de 20 años, quien dice formar parte de un colectivo informal de músicos, compositores e intérpretes de Suramérica.

No todos han tenido una estrategia tan armada a la hora de exportar su música, aunque todos los que lo han intentado han tenido diversos grados de éxito.

“Es muy bonito porque por mucho tiempo vimos la posibilidad de venir a Estados Unidos, de ser escuchados aquí, como algo imposible. Sentíamos que estábamos muy lejos; pero nos están recibiendo con las puertas abiertas”, expresó, por su parte, María Becerra, también argentina.

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La cantante de 22 años ya tiene colaboraciones con Camila Cabello, J Balvin, Reik, Prince Royce, Rauw Alejandro y otros. De hecho, en la gala de los Premios Latin American Music Awards, entregados en Las Vegas en abril pasado, fue la artista con más números musicales en el espectáculo.

Un esfuerzo de amigos

Nicki Nicole, pareja de Trueno y quien ya tiene una colaboración con Christina Aguilera, quiso darle crédito a artistas como Lali, Tini, Cazzu y Paulo Londra, quienes llevan varios años sonando a nivel internacional.

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“Gracias a ellos y otros las disqueras y el público se dieron cuenta de que acá estamos haciendo también música urbana”, reconoció, y agradeció también a “compañeros generosos que ya la tenían hecha”.

Cazzu se dio a conocer internacionalmente tras compartir el escenario con Bad Bunny en Argentina, Khea sorprendió al sacar una bachata con Prince Royce y Natti Natasha, más la participación como instrumentista de Lenny Santos (uno de los artífices y miembros de Aventura), Paloma Mami colaboró con Ricky Martin, y así varios.

Las disqueras tradicionales también han funcionado como trampolín en algunos casos, como los de Paulo Londra y Tiago PZK, que tienen contratos con Warner Music. Trueno, por su parte, es artista de Sony.

Sin duda, estos jóvenes artistas (su edad promedio es de 20 años) han sabido aprovechar el espacio que les han abierto en un género que en español nació entre Panamá y Puerto Rico a partir del reggae, y que se ha fusionado con la música urbana de las ciudades estadounidenses y los ritmos clásicos latinoamericanos.

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Trap, hip hop, rock y bandoneón

Para Cazzu, quien recientemente sacó Jefa -segundo sencillo de su nuevo disco, Nena trampa-, la mirada de la industria se volcó hacia el sur “buscando sonidos diferentes”, y los encontró.

“Es algo que nos diferencia a los artistas urbanos del sur: las referencias del rock que oímos en casa, el tango y los artistas urbanos y tropicales que admiramos desde que estábamos pequeños”, explicó Cazzu, quien ha incorporado esos elementos a su look, en el que combina el cuerpo y las aplicaciones de metal con atuendos pegados y sugestivos.

Bien o mal, de Trueno, fue descrito por Billboard como obra musical “de empoderamiento internacional en una escala global”. Para Rolling Stone es una expresión “de las principales influencias musicales” de las últimas generaciones en América del Sur.

Trueno hace ecos de Illya Kuryaki and the Valderramas y su Coolo en Dance Crip, del King Kunta de Kendrick Lamar y el fundacional Rapper’s Delight de The Sugar Hill Gang, además de samples de Atahualpa Yupanqui, Facundo Cabral y hasta Gustavo Cerati.

El clásico bandoneón del tango se encuentra con el dembow del reguetón en homenajes a Tego Calderón y Bad Bunny, mientras que la guitarra eléctrica interrumpe un rap duro y lleno de furia.

Si bien esa variedad de sonidos les ha permitido conectar con diferentes audiencias, los artistas coinciden en que el elemento esencial de la fuerza de su movimiento es la unión.

“La música urbana en nuestros países la hacíamos pibes (niños), y la empujamos hacia arriba hasta que no pudimos ser ignorados”, dice Tiago PZK.

“Somos tan unidos que hasta vivimos juntos algunos”, acotó. (E)