Tiene más de 30 años inmerso en el mundo de la publicidad, para lo cual dejó “de lado” lo que más quiere: la música. Y para este 2022, el cantautor Juan Manuel Oleagoitia se ha propuesto retomar lo que tanto ama, aunque ya lo viene haciendo desde el 2021. Su voz resuena cada vez que juega Barcelona, porque entre los temas de los hinchas está Dale, dale, Barcelona.
Volvió a escribir, pero algo singular: “No me gustó escribir muy en el aire; yo jamás escribí eso de ‘qué bonita la luna’ (...); para eso no escribo nada”. Y de entre esas composiciones surgió La mujer ideal, que actualmente promociona.
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No se ha alejado de lo que es el fútbol con La mujer ideal, porque dice que todas sus amigas son futboleras. “Yo les decía: ‘Yo les voy a componer una canción a ustedes’, pero como siempre ando en plan de broma no me creían. Y yo les dije: ‘Sí, créanme, porque lo voy a hacer’ (...). Y me pareció una temática bastante singular e interesante la mujer a la que le gusta el fútbol, toma cerveza y aparte es una mujer muy tierna y muy femenina y digna del mayor de los respetos. Bueno, la hice...”, comenta Oleagoitia, quien nació en Lima y está radicado en Guayaquil.
El artista, de 68 años, cuenta que se alejó de la música a raíz del éxito de Dale, dale, Barcelona. Cree que este tema lo derivó por otro lado. “Las agencias publicitarias empezaron a interesarse por mí porque quizás tomaron el éxito de la canción de Barcelona como un nuevo concepto de música publicitaria, pienso yo; me atrevo a decir eso. Jamás pensé trabajar en publicidad, jamás pensé que una agencia de publicidad me iba a llamar y que me iba a dar trabajo (...); al extremo de que me quedé a vivir aquí y puse un estudio de grabación dedicado íntegramente al audio publicitario, y han sido más de 30 años...”, relata el cantante nacionalizado español.
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La mujer ideal, dice, es una muestra de lo que está haciendo respecto a la música. En marzo debe entregar ocho canciones en Nueva York, Estados Unidos, a una compañía promotora artística. “Ese fue mi compromiso cuando estuve (allí) en noviembre (del año pasado). Estuve una semana allá haciendo algo de promoción y se quedaron muy contentos conmigo y me propusieron esto, que para marzo (de este año) yo debo entregar un álbum de ocho canciones, y dentro de esas lógicamente está La mujer ideal”, explica Oleagoitia, quien han escrito temas para su hija Olga María, que también es cantante.
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Los géneros musicales de estos ocho temas serán variados; entre ellos hay un vals, el primero que escribe y que recién lo va a estrenar. Será realizado en Lima, bajo la dirección de Ernesto Hermoza. De ese grupo de temas, este vals será el único que será trabajado fuera de Ecuador; los demás, en territorio ecuatoriano. “De estos ocho temas, siete arreglados y dirigidos por mí, y uno arreglado y dirigido en Lima”, apunta.
Con este paso en la música, afirma sentirse “como un niño con juguete nuevo”. “Cuando tú tienes algo guardado en el alma tantos años y lo llegas a sacar, eso te devuelve vida, te devuelve energía, te llena de ilusión; y eso es lo que yo siento ahora, me siento con la misma ilusión del primera día, y eso es muy lindo...”, asegura.
“Yo nací compositor”, dice Oleagoitia, quien cuenta que Dale, dale, Barcelona la escribió cuando tenía 14 años y que antes de eso ya componía con temáticas propias de la edad. “Cuando escribí Dale, dale, Barcelona, ahí quedó guardadita en un cajón la hojita de papel. Estoy hablando del año 68, y recién sale en el año 84, que se grabó aquí en Guayaquil”, comenta.
Luego envió el tema grabado en un casete con su madre, que es guayaquileña. “Le dije: ‘Mamá, mira qué puedes hacer en Guayaquil con esto’. Pero mi mamá no conocía gente en el club. Fue adonde un señor conocido de la familia, el señor Francisco Feraud, que era el presidente de una compañía discográfica, Fediscos, de la cual guardo los mejores recuerdos (...). Francisco le dijo: ‘Esto no se lo muestres a nadie. Hay que traerlo (a Juan Manuel)’. Y vine por tres meses, que era el tiempo prudencial para producir una canción (...), dejarla bien posicionada a nivel de medios y salir del país a ver si tenía la suerte de que la canción pegue (...). Y ya no me fui más (no regresó a su natal Lima)”, relata.
Hincha de Barcelona
Recuerda que desde muy pequeño lo traían a Guayaquil, de enero a marzo, y coincidía con la Copa Libertadores, en la cual participaba el equipo amarillo. Sus tíos lo llevaban al estadio, pero lo anecdótico es que ninguno de los integrantes de su familia era hincha del Barcelona, sino que de otros. Cuando retornaba a Lima, él les contaba a sus amigos que existía un equipo llamado Barcelona, que la camiseta era amarilla, que era el equipo más querido en Guayaquil. “Creo que yo fui el primer promocionador de Barcelona en Lima”, dice entre risas.
“Se me fue metiendo, porque el Barcelona tiene algo muy especial, no sé cómo explicarlo, solo el que lleva a Barcelona en su corazón puede entender lo que yo digo; es algo inexplicable, es un fenómeno social; más que un equipo de fútbol, es un fenómeno social (...). Se me quedó grabado en el corazón Barcelona y, como siempre me expresaba musicalmente, de ahí vino la composición. Jamás pensé que iba a perdurar en el tiempo como ha perdurado...”, sostiene. (E)