Flor Bertotti volvió al coliseo Voltaire Paladines Polo y abrió su concierto con un agradecimiento que desarmó al público desde el inicio. “Qué alegría tan grande. Qué placer volver”, dijo entre gritos y carteles levantados en todas las localidades. La artista aseguró que estaba iniciando “otra vuelta del tour” y que quería comprobar si el público “practicó” las canciones. Ante la pregunta “¿se saben todo?”, la respuesta fue inmediata.
Arrancó con lo que llama su favorita de la era de Floricienta y recordó que cada persona lleva “el poder y la responsabilidad de hacer su cuento”. Con esa frase empezó un recorrido que activó memorias de distintas etapas de su carrera. El público acompañó cada tema como si fuera parte de su día a día.
Entre las primeras filas se vivió un desfile de creatividades que también contaban historias. Vannia Ledesma llegó disfrazada de pollito, en honor a Kikirikí. Su mamá fue la autora del traje. “Yo estaba tranquila y ella apareció con una bolsa de tela amarilla y roja”, contó Vannia. La madre completó: “Cuando salió la primera temporada yo estaba embarazada. Ella creció viéndola conmigo. Estas canciones nos unen”.
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Otra asistente llevó un vestido azul hecho a mano, flores amarillas y una chaqueta intervenida que decía “Floricienta”. “Esperé 21 años para verla. Lo hice todo un día antes, con ayuda de mi esposo”, dijo mientras posaba para varias fotos.
Mientras Flor se cambiaba de vestuario, sus bailarines sostuvieron el ambiente con un bloque acelerado. La audiencia no bajó la intensidad y ella cedió ante los pedidos. Así llegó Un enorme dragón y luego la sección que llama “el delivery de canciones”, donde mezcló fragmentos de Chaval chulito, Corazones contentos, Kikirikí, Y la vida, Te escondes dónde y A bailar.
Caos dentro del concierto
Minutos antes del show hubo tensión en la platea. Las sillas numeradas no se respetaron y varios asistentes quedaron de pie sin solución inmediata. Los ánimos subieron, hubo discusiones, empujones y la Policía Nacional terminó interviniendo. Gabriel, uno de los afectados, lo explicó así: “Me robaron mi silla. Me mandaban a otro lado y no se veía nada. Al final agarré una y la puse donde pude”.Los organizadores fueron buscados para obtener una explicación, pero no respondieron.
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Superado ese tramo, la noche avanzó sin más incidentes. PXBLX abrió a las 20:00 con temas de su EP Efímero. Flor apareció a las 21:14 y, ya entrada la función, se produjo una pedida de mano durante Y la vida. Ella se detuvo, miró a la pareja y les dijo: “Felicitaciones, que sean muy felices”, lo que generó uno de los aplausos más largos de la jornada.
Cuando llegó Flores amarillas, el coliseo explotó en un mismo gesto. Durante toda la noche se habían visto diademas, vestidos, camisas y accesorios en tonos dorados, pero en ese momento todo cobró sentido. Niños, mujeres y hombres levantaron sus flores al mismo tiempo y el canto se volvió una sola voz. Las luces se tiñeron de amarillo. Fue el momento que unió a todas las generaciones presentes y sin duda el punto más emotivo del concierto. (E)





























