Trece años después de su primera aparición en el Quitofest, La Malamaña regresa sus escenarios. En 2012 la orquesta llegaba con su primer disco recién salido y con casi todos los integrantes que participaron en la formación inicial. Hoy la banda vive un ciclo más amplio, marcado por cambios internos, ajustes en su estructura y un proceso creativo que se reactivó desde 2021.

Edgar Granda, director y voz principal, explica que el reencuentro con el festival ocurre tras cuatro años de trabajo sostenido. La agrupación retomó actividad con grabaciones puntuales que, con el tiempo, dieron forma al álbum 8 pasos para vivir el fin del mundo, lanzado en 2024 y ahora disponible en vinilo. En escena estarán doce intérpretes, aunque ciertos temas requerirán una cuerda de vientos más reducida.

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El show para el Quitofest tendrá cuarenta minutos. El repertorio incluye canciones del nuevo disco, una pieza del primer álbum y otra del EP de 2018. Granda señala que, aunque la base sigue siendo la salsa, el concierto se ajusta al público que asiste al festival: “Trabajamos un formato que nos permite ampliar el contenido y abordar los temas que han acompañado a la banda desde hace años”.

El grupo tiene 18 años en escena y esa historia también influye en su presente. Granda reconoce que administrar una orquesta grande exige atención constante sobre el equipo. Según relata, la banda atraviesa un momento interno que obligó a revisar dinámicas de organización. Prefiere no detallar lo ocurrido, pero menciona que situaciones recientes le recordaron la necesidad de cuidar los vínculos laborales y personales. “Lo emocional impacta directamente en el funcionamiento del grupo. Somos muchos y cada persona vive el proceso de forma distinta”.

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A pesar de los recambios, varios músicos mantienen una trayectoria prolongada dentro de la agrupación. Entre ellos están Diego Minda en congas, Chachi Gordon en bajo y Sebastián Segovia en saxofón. Son parte de la línea que acompañó las giras por Europa entre 2015 y 2018. Granda sostiene que los aportes de quienes han pasado por La Malamaña fortalecieron el sonido actual.

La banda celebró su aniversario en el Teatro Sucre, en un concierto que ocurrió días después de manifestaciones que sacudieron al país. El director recuerda que el público llegó afectado por lo que había ocurrido en las calles. Para él, esa jornada reveló cómo la música funciona como punto de encuentro en medio de un contexto social tenso.

Los retos de mantener vigente una orquesta en Ecuador

El camino independiente sigue siendo uno de los retos centrales. Granda menciona la falta de circuitos medianos para orquestas numerosas, los costos de producción y la dificultad de circular fuera del país. También señala que el consumo musical actual obliga a encontrar rutas nuevas para acercarse a audiencias diversas. “No siempre es sencillo sostener un proyecto con tantos integrantes. Hay gastos que se multiplican y las posibilidades no son las mismas para todos”.

Sobre el porvenir, Granda evita promesas amplias, pero señala que su intención es continuar. Está en búsqueda de una dupla creativa dentro de la orquesta y trabaja en ideas para circular por Colombia y Perú. “La continuidad depende de varios elementos. Mientras existan espacios y la gente quiera escuchar nuestra música, vamos a avanzar”.

De cara al Quitofest, espera un público abierto a conocer propuestas locales. Reconoce que hay un hábito extendido de comparar carteles internacionales con lo que se hace en el país, pero invita a explorar lo que producen las bandas que fueron seleccionadas. “Hay proyectos importantes que merecen ser escuchados. El festival reúne a grupos que llevan años desarrollando su trabajo”.

En esta etapa, La Malamaña trabaja en una agenda que apunta a circular fuera del país. Edgar Granda menciona que avanzan en gestiones para presentarse en Colombia y Perú, y que buscan espacios donde una orquesta numerosa pueda sostener su actividad sin limitar su alcance. También exploran colaboraciones internas para fortalecer la composición y abrir una nueva fase creativa después del lanzamiento del disco y su edición en vinilo.

El grupo continúa ajustando su estructura de trabajo para garantizar estabilidad y mantener una línea clara en sus próximos pasos. La prioridad es asegurar condiciones que permitan que la orquesta funcione de manera sostenible, con rutas de difusión que incluyan festivales, salas medianas y circuitos independientes. (E)