Car Seat Headrest ha vuelto. La banda estadounidense de indie rock compuesta por Will Toledo (voz, guitarra, piano, sintetizadores), Ethan Ives (guitarra, bajo, coros), Seth Dalby (bajo) y Andrew Katz (batería, percusión, coros) trae una nueva producción discográfica titulada The Scholars, cinco años después de su álbum de 2020 Making a Door Less Open (Madlo).
Y es que esa larga pausa les sirvió para comenzar a trabajar en este proyecto que en esencia explora temas como el anhelo, el existencialismo, la identidad y el control sobre la propia vida que se puede tener.
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La historia del nuevo álbum se desarrolla en la universidad ficticia Parnassus y sigue a un grupo de estudiantes como Devereaux, Rosa y Beolco, quien cree ser la reencarnación de un dramaturgo amado y perdido hace mucho tiempo llamado “The Scop”.
Este Diario conversó vía Zoom con Ives para comprender más esta propuesta musical y el bajista se sinceró por completo.
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¿Cómo surgió la idea del concepto del disco?
Cuando empezamos a trabajar en el material para el álbum, Will trajo al grupo una idea específica que surgió de su experiencia en teatro musical y ópera. Se inspiró mucho en el elemento estructural: entras en un espacio y hay piezas musicales organizadas por personajes o por diferentes fragmentos de la historia. Así, un personaje sale con su tema musical, se va, y luego otro personaje hace lo mismo. Y queríamos hacer un álbum así, donde cada canción tuviera un personaje específico y, en conjunto, se creara una historia más amplia entre ellas.
No recuerdo exactamente cómo y de dónde surgió la universidad, pero esa fue una idea de Will, a partir de la cual empezamos todos a improvisar y a trabajar juntos para completar esos personajes y esas diferentes canciones, tomando cada sencillo como un proyecto individual, donde cada uno podía tener su propio estilo de sonido y letras.
¿Cuándo fue esto?
Probablemente a principios de 2023. Estuvimos entrando y saliendo del estudio durante un año. Fue un proceso muy fragmentado. Entrábamos en el estudio un par de semanas, lo dejábamos un rato, y luego entramos un par de semanas más y lo dejábamos...
Fue un camino largo, pero fue genial porque es el álbum más colaborativo y basado en improvisaciones que hemos hecho. Creo que refleja una gama más amplia de estilos e influencias que muchos de nuestros álbumes anteriores.
La historia y los personajes, ¿qué significan para ti?
Personalmente, me gusta leer el álbum como si cada personaje tuviera su propia historia, pero también me gusta leer el arco argumental general como la historia de una sola persona. De forma abstracta, es como un ciclo de vida, muerte y renacimiento donde una persona tiene que perderse y luego puede salir de ahí y ser una persona diferente.
Este es su primer trabajo en cinco largos años.
Sí. Pienso que cada vez que haces algo después de estar mucho tiempo sin tocar, se siente especial. Cada vez que das un concierto, ya sabes, después de un tiempo sin tocar, se siente especial. Pero definitivamente, creo que es solo por el lapso de tiempo. Y como este álbum es muy diferente a muchos de nuestros trabajos anteriores, se siente único y se siente como un momento especial. Tengo mucha curiosidad por ver cómo lo percibe la gente o cómo lo interpretan.
Somos muy privilegiados de haber podido pasar tanto tiempo en el estudio y simplemente experimentar. Muchas bandas no pueden hacerlo ni tener esa experiencia, creo es un privilegio cada vez más escaso para las bandas de rock.
¿Decidieron que este disco fuera autoproducido o fue algo que simplemente sucedió?
Fue como si ya lo hubiéramos estado haciendo. Cada vez más, autodirigíamos nuestras sesiones de estudio, y gradualmente llegamos a un punto en el que normalmente contratamos a un ingeniero que nos gusta, lo llevamos al estudio y nos dirigimos nosotros mismos. No hemos trabajado formalmente con un productor desde hace, no sé, años.
¿Tienes una canción favorita de este disco?
Es difícil. He intentado elegir. Creo que para mí está entre The Catastrophe (Good luck With That, Man), Gethsemane y Planet Desperation. Me gustan por diferentes razones. Me gusta mucho lo oscura que es Gethsemane. Me gusta lo gótica y melancólica que se siente, es como una especie de vibra diferente que no puedo imaginar en muchas otras canciones de Car Seat Headrest. Se siente única en ese sentido.
Me gusta mucho lo punk y cinética que es The Catastrophe. Me gusta cómo ha conseguido eso, me recuerda a muchas canciones de Pixies y es muy divertida de tocar. Hice muchas capas de guitarra extravagantes en esa canción, que me llevaron mucho tiempo grabar.
En Planet Desperation me gustó mucho cómo se unió la letra. Escribí la primera parte y luego Will el resto. Me gusta mucho la imaginería y el contenido temático de la canción. Es como si cerrara los ojos y pudiera imaginar ciertas escenas. Y sí, me gusta la cantidad de lugares diferentes que abarca.
Desde su pausa han ganado fanes a través de redes sociales como TikTok, ¿qué piensan de este nuevo público joven?
Fue raro porque estuvimos un tiempo fuera de los escenarios y de repente llegó gente nueva, y ni siquiera habíamos hecho nada. Me preguntaba ‘¿cómo ha llegado gente nueva cuando ni siquiera hemos lanzado nada ni dado conciertos?’. Fue realmente extraño y aún seguimos atrayendo a fanes mucho más jóvenes.
Nos quedamos un poco perplejos, pero también fue genial y estamos contentos solo que sí nos preguntábamos cómo había sucedido (risas). Cuando salimos de gira en 2022 nos dimos cuenta enseguida de que había público mucho más joven que antes y fue porque un par de nuestras canciones se viralizaron en TikTok.
Parte de lo que me asusta de esas plataformas es que siento que nadie sabe cómo funcionan. ¿Por qué sucedió?, no lo sé, pero fue genial tener a jóvenes en los shows.
Pero también fue duro porque muchos chicos venían a nuestros conciertos y había muchos incidentes en los que se desmayaban o les pasaban cosas porque nunca habían estado en un concierto y no sabían cómo cuidarse... A veces tocábamos con un calor altísimo y ellos no bebían agua ni nada y bailaban después de haber hecho fila afuera del teatro o en festivales durante siete horas... Así tuvimos varios conciertos casi seguidos en los que teníamos que parar porque un niño se desmayaba. (E)