La cantante, compositora y directora coral Beatriz Gil Parra dará hoy, a las 19:30, un concierto que para ella es infaltable en el mes de junio; este año ha elegido el Club Biblos (av. Samborondón, km 2,5), en el que cantará su música favorita de los 70, 80 y 90, sobre todo latinoamericana.

Estará acompañada de la banda en la que confía, y también de su hijo, el también vocalista Sebastián Medrano Gil. Habrá una veintena de temas entre boleros, baladas, y uno de sus géneros favoritos, el tango, del que adelanta que cantará Nostalgia. “Siempre se va renovando el repertorio, y sobre todo es la emoción de reencontrarme con mi público”, señala.

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El director Alejandro Cañote estará en la guitarra, Glen Falcones en el bajo, Luis González en la batería y Miguel Gallardo en los teclados. En las voces, además de Medrano, estará el maestro Enrique Silva. “Mientras mejores músicos, te sientes más respaldado”, confirma.

Aunque no tiene en mente un próximo lanzamiento, esto no sería imposible. “La idea está, porque tengo muchísimo material, hasta tengo los temas escogidos, pero estoy viendo la parte de los auspiciantes, que siempre es un motor para los artistas nacionales”. Hay una canción inédita en este grupo. “Son piezas que quiero brindar al pueblo ecuatoriano. Y al mundo”, agrega. “Hoy es para el mundo”.

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El canto es su vida, de muchas formas. Desde hace 26 años es la directora del coro Voces Blancas de Guayaquil, al que se ha dedicado durante 26 años. “Es importantísimo sembrar, esa para mí es una de las principales labores que he podido realizar con el Municipio de Guayaquil. Los chicos van creciendo; muchísimos niños de los que pasaron por (el Coro Infantil Municipal) Juan Pueblo hoy están en coros diferentes o estudiando arte, otros hacen danza, otros teatro. Es importantísimo que a los niños se los acerque al arte”.

En su caso, el ambiente familiar tuvo un enorme impacto, con la presencia de su madre, la soprano Beatriz Parra Durango, y su padre, Enrique Gil Calderón (1935-2008). “Me fui desarrollando, sobre todo, en el ámbito coral. Iba a los ensayos, me sabía todas las voces. La verdad es que canté antes de hablar”.

Además, en su casa se escuchaba constantemente música nacional, pasillos, albazos. “Mis abuelos eran amantes de la música ecuatoriana, de los Miño Naranjo, el trío Los Brillantes, la extraordinaria cantante Olga Gutiérrez. Era muy, muy buena la calidad de la música nacional. No es difícil enamorarse de ella, porque al final está en la sangre”.

La música de Beatriz Gil está en Spotify, y uno de esos temas está dedicado a su ciudad: Guayaquileños de corazón (2018). “Yo crecí en Las Peñas, es el barrio que más he amado, de los 4 a los 11 años fue mi barrio. Fue en cuestión de 5 minutos que se escribió la música y la letra. Es una canción que amo mucho, porque va muy ligada a lo que yo siento por nuestra gente. Es una cosa rarísima, porque pese a que (Las Peñas) ha cambiado mucho, piso esas piedras y me acuerdo de mis abuelos, de mi bisabuela, que me criaron a mí. Y a uno se le llena la cabeza de niñez, de infancia”.

Aunque el escenario es su medio natural, para Beatriz el estudio de grabación es una historia diferente: hay cierto estrés. “Es emocionante y, sobre todo, sabes que va a ser un documento de vida, porque eso es lo que queda. He tenido suerte de tener muy buenos músicos a los que valoro muchísimo. Y sí, da nervios”. Algo que no pasa al cantar en vivo.

“Es totalmente diferente, en el escenario tienes la ayuda del público. Tienes el aplauso, esa energía que emanas, la recibe el público y te la devuelve, esa simbiosis es maravillosa. Eso te ayuda muchísimo a la interpretación, a la soltura”. Por eso uno de sus métodos al grabar es cerrar los ojos e imaginar que está frente a la audiencia. “Me ayuda a estar más tranquila”.

¿Cómo imagina el futuro? Cree que seguirá ligada a la música, y a la Choral Academy, dirigida por su hijo Enrique Silva Gil. “Pienso que lo más probable es que trabaje con él, me gusta dar clases y ser coach vocal”, explica. “Él ha tenido premios a nivel mundial, el año pasado en Bélgica concursó en un festival muy grande con el coro juvenil Schola Cantorum, y ganaron el premio Summa Cum Laude en la categoría de juvenil de voces mixtas en el European Music Festival for Young People”.

Las entradas al concierto de hoy pueden reservarse al 098-986-7569. (E)