Tengo todo, sé quién soy”, canta Norka Cevallos en el arranque de su nuevo tema Dancing on the dance floor. Además de ser una frase catchy para su último sencillo, es una afirmación que refleja también el momento que vive hoy la artista que saltó a la fama años atrás como integrante de Kaboom, sexteto que nació de un reality de talentos nacional.

Kaboom hizo ¡Kaboom!”, recuerda entre risas Norka, quien ahora también es madre y esposa, pero su amor por la música y los escenarios la mantienen en una industria que le ha permitido seguir sumando éxitos y recorrer el mundo durante más de una década.

Publicidad

El mes pasado lanzó Dancing on the dance floor, su más reciente canción, cuyo video musical se grabó entre Guayaquil y Samborondón bajo la dirección de Chino Castillo y es una pieza audiovisual que resume muy bien su presente, pues su hijo, su papá y sus mascotas fueron parte de la filmación. Todo su mundo está en esa deslumbrante pista de baile.

En el video, Norka entra a una antigua tienda de discos de vinilo y al reproducir uno de esos álbumes, todos son transportados a un mundo luminoso y lleno de ritmo en donde ella afirma que tiene a todos bailando a su compás (o en la palma de la mano). Pero lejos de ser una protagonista sensual o dominante, como suele verse en otras producciones musicales, la seguridad y alegría de su personaje provienen de reconocer sus propias fortalezas, aciertos y agradecer el amor de sus seres queridos.

Publicidad

“Es una canción empoderadora que habla sobre amarte a ti primero para luego ser capaz de dar amor”, explica. “Y la idea para el video no era mostrar a otros hombres conmigo, así que el director me sugirió poner a mis chihuahuas, que son también una herencia de mi mamá (quien falleció hace dos años)”. Los perritos se convirtieron en su cita perfecta.

Cuatro de sus mascotas aparecen en el videoclip: Aoki, Coki, Prada y Dulce.

Desayunando con Aoki

La trayectoria de Norka, quien además de cantante es DJ, influencer y coach infantil, la llevó años atrás a Tailandia, donde era parte de la banda de una prestigiosa cadena hotelera. Una mañana, mientras desayunaba, se topó con el famoso DJ Steve Aoki, quien se estaba hospedado en el mismo lugar.

“Me acerqué emocionada a pedirle una foto para Instagram, le conté que también era DJ y que era un sueño conocerlo, y él me respondió que por qué mejor no lo acompañaba a desayunar y así él también tendría la oportunidad de conocerme”, recuerda.

Como admiradora de Aoki, Norka comenzó a preguntarle sobre su carrera y cómo logró darse a conocer en todo el mundo. Pero con gran honestidad, el DJ le respondió que su vida en realidad no era tan genial como parecía, que si bien viajaba mucho, no conocía ninguna ciudad donde se hubiera presentado porque luego del show tenía que volver a tomar otro vuelo hacia un próximo destino. “Y no sé qué contarte de interesante”, le confesó a Norka.

Por qué mejor no me cuentas tú sobre tu vida”, continuó Aoki. “Pienso que si eres de Ecuador y ahora estás del otro lado del mundo ha de ser una historia muy interesante”. Y comenzaron a conversar. “Esa charla me marcó muchísimo”, recuerda Norka. “Y ahora cuando reflexiono en mi vida, pienso que es una vida más sencilla, quizás más normal, pero la disfruto tanto y estoy tan agradecida por lo que tengo que me siento muy afortunada”.

Justo antes de ese viaje a Tailandia, Norka había conocido a Fernando Escobar, de la agrupación Equilivre, quien se convertiría en su esposo. El músico aterrizó en Tailandia esa Navidad para visitarla, empezaron su relación, se casaron de regreso en Ecuador en 2018 y hoy son padres de Luis Fernando y Norka. “Fue algo muy bonito porque pienso que todo tenía que darse así. En esos tiempos”.

La reina de las multitudes

No se confunda. El perfil hogareño y dulce de la artista no le impide ser quien domine desde el escenario las emociones y la euforia de las multitudes que suelen amontonarse para disfrutar de la música electrónica, la especialidad de la DJ.

En mi vida me imaginé que estaría cara a cara frente a tanto público”, dice. “Incluso todavía sigo sintiendo esa sensación que te atrapa porque en cada show es un público diferente. Y el manejar a multitudes nunca fue mi fuerte, pero fue esta profesión la que me escogió a mí”.

Ahora, compara tocar para una multitud como si fuera un jinete que tiene que domar a su caballo. “El público te da la pauta del género que quiere bailar y tú también manejas al público, llevándolo por donde tú quieres. El set de canciones de un DJ es como una película, todo tiene un inicio, su tope, luego bajas los ánimos otra vez y vuelves a subirlos. Como en un guion, esa es la trama que te mantiene pendiente de la música, de cuál será la próxima canción”.

La otra audiencia de Norka son los alumnos de su academia, que por ahora se mantiene online, a los que da pautas y entrenamiento musical y vocal. “Hay niños que nacen ya con ese don y que han mejorado al 100 % en cuanto a su calidad vocal. Pero también hay chicos que me buscan porque quieren ser artistas, pero no saben por dónde empezar. Allí entra la parte de coaching para artistas, para guiarlos a dar los primeros pasos de su carrera, de descubrirse a sí mismos como artistas y como personas”.