Para casi todos fue un paso obligatorio en los años estudiantiles enriquecer las tareas con investigaciones que se desarrollaban en las salas de la Biblioteca Municipal de Guayaquil, la primera biblioteca de la ciudad, ubicada en el mismo edificio del Museo, en las calles Sucre, entre Chile y Pedro Carbo.

“Antes obviamente no había internet y en la Biblioteca se encontraban libros que no teníamos en las casas. Era full adrenalina investigar allí, porque prestabas el libro y le sacabas copias a casi todo; porque, si no, te tocaba volver”, recuerda Silvana Bistolfi, de 49 años.

Su hermana Eliana, nueve años menor, también debía buscar títulos específicos que solo se podían hallar en la Biblioteca. “Del colegio mandaban, específicamente por algún libro o tema en particular. Pero en cuarto año ya tuve internet”.

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El Archivo Histórico Camilo Destruge preserva los registros más antiguos del cabildo, los cuales datan de 1640.

Quien escribe estas líneas incluso recuerda que en su época de escuela solo en la Biblioteca se podía ojear una nutrida variedad de libros sobre la historia y fundación de Guayaquil, para las exposiciones culturales que se preparaban sobre las fiestas de la ciudad. Era información que al menos bien entrada la década de los 90 no se hallaba con tanta facilidad o precisión en la world wide web.

“A mediados de los años noventa, justo antes de la masificación del uso de internet, en promedio la Biblioteca registraba alrededor de 45.000 a 50.000 usuarios mensuales”, evoca Hellen Constante Palacios, directora de Cultura del Municipio de Guayaquil, a propósito del aniversario 160 de la entidad, que se conmemora este jueves, 24 de marzo.

La cifra ha ido decreciendo a medida que el alcance del internet y la telefonía móvil aumenta, contrasta la funcionaria. “Tanto es así que, en años previos a la pandemia, el promedio de usuarios mensuales era de entre 700 y 1.200″.

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Si bien es cierto que el impacto de la revolución del internet ha sido significativo, dice Constante, la Biblioteca persiste por la disponibilidad de obras que se constituyen en fuentes primarias del conocimiento. “Las fuentes primarias siempre serán necesarias por su confiabilidad. En ese sentido, la obra física (entiéndase libro o documento impreso) prevalecerá en la generación del conocimiento producto de la investigación”.

Una de las salas de la Biblioteca Municipal de Guayaquil. Foto: El Universo

Otro obstáculo que busca sortear la institución actualmente son los efectos de la pandemia por el coronavirus. “La pandemia nos afectó en el sentido que fuimos, al igual que los museos, los primeros obligados a parar con la atención al público por orden del COE nacional. Incluso aunque se volvieron a abrir lugares como centros comerciales, bares, restaurantes y afines, nos mantuvieron parcialmente cerrados”.

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Por lo pronto, no se posee la cifra pertinente de sus lectores tras la apertura pospandemia. Sin embargo, a pesar de las circunstancias señaladas, la entidad, que fue fundada en 1862 por el ilustre guayaquileño Pedro Carbo Noboa, se está encaminando a retomar su normalidad.

En la actualidad, la Biblioteca Municipal cuenta con más de 2 millones de libros de diverso género: narrativo (novela, cuento), biográfico, filosofía, historia, geografía, genealogía, ciencias exactas; libros de referencia, como enciclopedias y diccionarios de lenguas y especializados. También dispone de diarios, revistas y documentos antiguos.

Ese catálogo se va ampliando con las nuevas obras que ingresan por el Programa Editorial Municipal, que busca reditar obras que no habían estado al alcance de un público masivo y que, a su vez, ponen en la palestra a autores clásicos y nuevos, como por ejemplo, el título From Saratoga to Sibambe (2019), de Fabricio Riofrío y Yanina Merrill, antiguos estudiantes de la Universidad Técnica Particular de Loja.

De momento, puntualiza Constante, la Biblioteca se encuentra migrando la base de datos del inventario de libros, de Isis a Khoa, un sistema integrado de gestión de bibliotecas basado en la web. Todo esto con el objetivo final de proveer un catálogo digital.

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También asegura que se busca emprender en un futuro cercano un plan de remodelación de la infraestructura y servicios de atención a los usuarios, que ofrece este edificio, obra del arquitecto Guillermo Cubillo Renella (1958), catalogado patrimonio inmueble, y lugar donde desfilaron reconocidos historiadores e investigadores guayaquileños que luego se convirtieron en sus directores: Camilo Destruge, Modesto Chávez Franco, Miguel Azpiazu, Rafael Euclides Silva, Francisco Campos Coello, José Antonio Campos Maigón, Gabriel Pino Roca, Carlos Zevallos Menéndez, Rosa Borja de Ycaza, Yela Loffredo de Klein.

Actividades por el aniversario

Desde el viernes 18 de marzo, fecha que conmemora el natalicio de Pedro Carbo, se exponen afiches con la historia de la Biblioteca, así como de los primeros libros que permitieron la creación de la primera biblioteca de la ciudad. Para sus inicios, se dice que Carbo donó cien volúmenes.

Este lunes 21, en el Día Mundial de la Poesía, la entidad celebrará su primera Fiesta de la Lírica, con el apoyo de El Quirófano Ediciones. Se trata de una celebración en la cual convergen diferentes artes además de la poesía, como la música, danza, estatuas vivientes, mimos y más, para resaltar a Guayaquil como una ciudad de grandes poetas, como lleana Espinel Cedeño, Fernando Artieda, David Ledesma Vázquez, Medardo Ángel Silva, Carlos Eduardo Jaramillo, Fernando Cazón Vera, Rafael Díaz Icaza, Sonia Manzano, Violeta Luna, Agustín Vulgarín, Fernando Nieto Cadena.

Finalmente, el jueves 24, fecha en la que se fundó la biblioteca hace 160 años, se cumplirá una ceremonia y entrega de reconocimientos a las bibliotecarias de la institución, además de inaugurar las letras corpóreas de CULTURA, colocadas en los exteriores de la Biblioteca Municipal.

Datos ‘bibliotequeros’

Foto: El Universo

Para donaciones de textos se debe contactar al 2594800, ext. 7308, para coordinar la recepción. Se reciben libros que no estén dañados, rotos o mutilados.

Para pedir prestados los libros, solo se debe atender un requisito: presentar la cédula de ciudadanía o pasaporte. Es importante recordar que es solo para consultar o leer el libro dentro de las dependencias de la Biblioteca, como las salas especializadas por géneros literarios y temáticos (como filosofía, jurisprudencia, ciencias exactas, genealogía), la sala Ecuador, la hemeroteca con los diarios antiguos del país, como El Guante, Diario de Avisos, La Nación, El Telégrafo, EL UNIVERSO, Expreso. Además, se puede acceder al Archivo Histórico Camilo Destruge y el Fondo de Autores Nacionales Carlos A. Rolando.