De la necesidad de sanar sus propias heridas surgió el libro titulado El camino, herramientas sencillas para transformar el dolor en alegría, de autoría de la venezolana Olanda Angarita.
“En esas heridas que me fui haciendo en el camino como todos los seres humanos, pues busqué herramientas para sanar, sentirme feliz y empecé a trabajar con mis clientes y mis pacientes al mismo tiempo”, dice la también artista.
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“Las cosas estaban saliendo bien, estaban dando resultados y pensé: ‘¿Por qué no hacer un libro que pueda llegar a más y más personas?’, y por eso el libro”, agrega.
El libro fue publicado a finales de agosto del año pasado, en plena pandemia.
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Estructura del libro
Según Angarita su obra está planteada como un viaje en carro, pero que en realidad es el viaje de su vida. “El viaje en carro: ¿por qué?, porque es una de las cosas que más me gusta hacer... En las primeras páginas te digo ‘detente para reajustar la brújula, para reajustar esa dirección que pusimos en el GPS y ver cuáles son nuestras heridas’. Si el carro en el que estás viajando no tiene gasolina o tiene algún (defecto) no va a poder seguir. Entonces es la analogía que hago contigo...”, comenta.
En la primera parte habla de los duelos que ha vivido y los comparte. “Como me explicaba un profesor, ninguna persona puede acompañar a alguien a un lugar adonde no ha ido, entonces hablo de mis propios duelos”, afirma, y aclara que hay diferentes duelos y estos dependen de cada ser humano, que a su vez es un mundo diferente.
La coach transpersonal clasifica de la siguiente manera los duelos: por enfermedad; por la muerte de un ser querido; por ruptura amorosa, divorcio y separación; por pérdida de trabajo; por mudanza; por pérdida excesiva o ganancia de peso; por pérdida de la juventud; y por el síndrome del miedo vacío.
En la segunda parte del libro, según la autora, invita a los lectores a que rehagan el equipaje de viaje. “La idea es abrir la maleta” y ver los recuerdos que dejaron personas que ahora hacen parte del pasado y tomar el lado positivo de la experiencia negativa. “En esta maleta también tenemos que darnos cuenta de que llevamos trajes de víctimas, porque nos encanta vestirnos de víctimas, porque nos encanta no hacernos responsables de nuestras experiencias de vida”, dice.
“Estamos acostumbrados a que el culpable es el papá, la mamá, el presidente, el país, el COVID-19, el jefe, la expareja, la amante de la expareja, y tú no te haces cargo de tu vida; entonces va a quedar a la buena de lo que decidan los demás...”, acota la novel escritora.
En la siguiente fase insta a “conocer el carro” y explica en qué consiste. “Si vamos a hacer un viaje en carro y no sabemos manejar, ¿cómo vamos a llegar a nuestro feliz destino?, vamos a llegar accidentados... Pero cuando hablo de la vida real, de tu cuerpo y por qué es tan importante, porque tenemos que saber autogestionar nuestras emociones. Tenemos que saber que un solo pensamiento que tengamos de estrés activa el sistema de alarma que tenemos dentro de nuestro cuerpo y que nos pone en estrés”.
El camino también tiene música, ya que su autora también es cantautora y para este libro escribió nueve temas que apoyan los capítulos en el libro. “Una vez escuché una frase de Hans Christian Andersen que decía que cuando el mundo o las palabras te fallan, la música siempre va a estar allí para ti; entonces yo no quería fallarle a nadie...”, señala la compositora venezolana. (I)