Relatos al borde de la realidad (editorial Mi Máquina de Escribir, 2025) es una antología de cuentos cortos de ciencia ficción y fantasía, primer libro del quiteño radicado en Guayaquil Andrés Vinueza Sánchez.
Algo en común en el primer grupo de textos es que la humanidad está bajo amenaza. Unos ocurren en futuros muy distantes. Otros parecen estar sucediendo justo ahora. Pero en todos es una constante el peligro; y por más recursos que tengan los humanos a su favor, no les alcanza; el planeta, el universo y las consecuencias de las decisiones son demasiado poderosas.
Publicidad
Pero no solo los humanos se equivocan, porque el autor nos muestra que en algún sitio lejano está nuestra contraparte, una civilización que es también curiosa y exploradora, que se equivocó, que perdió su planeta y que está buscando hogar.
Los cuentos conservan esa mirada propia de la ciencia ficción, capaz de mirarnos desde afuera y permitir que el destino se cumpla sin que ninguna fuerza exterior intervenga milagrosamente para salvarnos. Por eso contrastan con la segunda parte, en la que el autor incorpora sus cuentos fantásticos, cargados de magia, de poesía y de romance.
Publicidad
Solo para retomar la ciencia ficción al final, con dos de los mejores títulos de este conjunto: Extinción y Colonos. Los dos muestran misiones espaciales, un ambicioso intento por atravesar el sistema solar, pero que termina siendo un viaje de bumerán, y el otro, una carrera desesperada por colonizar un nuevo planeta, después de haber agotado este. Pero un sabotaje reduce el equipo a solo dos personas, abandonadas en un mundo agreste, sin posibilidad de regresar, solo con la entrecortada y lejana voz del director de la expedición. Deben empezar de cero.
Vinueza ha trabajado en esta colección durante diez años. Mientras se leen, es difícil no pensarlos en imágenes. Algunos irían bien en el formato del cómic. Otros estarían mejor ilustrados.
Este lector que se inclina hacia los autores de ciencia ficción cree que la influencia vino de su padre, un lector apasionado; es admirador de Isaac Asimov y de J. J. Benítez con sus escritos de ufología a menudo entrelazada con ficción. “Hay un libro de él, Mis enigmas favoritos (1993), que es una recopilación que habla de la Virgen de Fátima, los moái de Chile, de Machu Picchu, y hace mucha investigación; por ahí me he inclinado”.
En cuanto al juego de perspectivas en sus cuentos, a veces están contados desde el punto de vista de los humanos, y a veces resulta que estábamos equivocados y los narradores son los otros. “La verdad es que el universo es tan inimaginable que pensar que estamos solos en él es quedarnos cortos, y sí, creo que hay otros y que probablemente nos han visitado, sin embargo —como escribo en Aquel planeta—, se han dado cuenta de que no estamos listos”.
Uno de estos relatos juega a esto, a un evento para el cual la humanidad no estaba preparada. Formó parte de la antología Textos de la peste (Anales del COVID-19), que surgió de un concurso de la Casa de la Cultura Ecuatoriana núcleo del Guayas en 2020. Aparece como Un cumpleaños singular, y muestra lo que hubiese pasado en un mundo en el que el virus no cediera, en el contexto de una fiesta a la que los invitados asisten sin salir de su casa.
Con esta publicación, Vinueza ha descubierto otra realidad. “Para los escritores ecuatorianos no hay mucho espacio”. Pero tampoco es imposible. Pasó algún tiempo buscando una editorial. Ahora su libro está en Amazon, en formato Kindle; para tener una copia física hay que contactarlo personalmente. “Mi editor ha estado tratando de entrar a las librerías, pero nuevamente... es complicado”.
Sigue escribiendo. “Tengo alrededor de cinco historias en borrador”. En junio tiene previsto hacer microlanzamientos de los Relatos en Babahoyo y otras ciudades y un relanzamiento en Guayaquil. (F)