Las ceremonias de la familia real británica siempre están marcadas por un estricto apego a la tradición. El uso de cuatro pajes por monarca es una de ellas. Así, el rey Carlos III tuvo de paje a su nieto, el futuro rey, el príncipe Jorge de 9 años. Sus otros pajes incluyeron a Oliver Cholmondeley, Nicholas Barclay y Ralph Tollemache, entre otros cuatro hijos de aristócratas.
Los pajes de Camila, sin embargo, fueron todos nietos o familiares suyos: Freddy, de 13 años y los gemelos Gus y Louis, también de 13 años, acompañaron a su abuela en su coronación junto a Arthur Elliot, sobrino de la reina y cuarto paje. Los pajes se encargan de sostener las largas capas carmesí de los monarcas hasta su llegada al final de la abadía.
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En total, Camila tiene cinco nietos, todos derivados de su anterior matrimonio con Andrew Parker Bowles. De su ex unión salieron sus hijos Tom, padre de Lola, de 15 años, y Freddy; de parte de Laura, la otra hija de la reina, están Eliza, de 15 años, y los gemelos Gus y Louis.
A pesar de no tener sangre real, los cuatro pajes de Camila no solo cumplieron sus funciones durante la coronación, sino que también estuvieron presentes durante el tradicional saludo real en el balcón del palacio de Buckingham, que fue acompañado por una marea de gente emocionada por saludar a la realeza y por aviones de la fuerza aérea británica. Las nietas mayores de Camila, Lola y Eliza, no formaron parte del saludo real.
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No es la primera vez que la familia de la ahora reina se ha involucrado en eventos reales, pues toda su familia atendió el funeral de la reina Isabel II en 2022, y Eliza fue dama de honor en la boda de Kate Middleton y el príncipe William.
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“Me encanta estar con ellos, comer juntos, ir a ver una película o una obra. Son muy entusiastas, y es agradable estar en contacto con esta generación porque te mantiene al tanto de los sentimientos e ideas de la gente joven”, dijo la reina anteriormente a medios británicos sobre su relación con sus nietos. (E)