Silvia Pinal, considerada la última diva de la época dorada del cine mexicano, falleció a los 93 años de edad. Nacida en 1931 en Guayma, Sonora, como confirmó en una entrevista con Gustavo Adolfo Infante en 2017. “Por puro accidente, mi papá era periodista (Luis Pinal Blanco) y mi mamá (María Luisa Hidalgo Aguilar) andaba con él”.

Falleció Silvia Pinal, actriz mexicana conocida como la última diva del cine de oro de ese país

Es reconocida por películas como Los cañones de San Sebastián (1968), donde compartió cartel con Anthony Quinn, Shark (1969), con Burt Reynolds, y en Veinticuatro horas de placer (1969), junto a Mauricio Garcés.

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Sin embargo, lo primero que estudió fue taquigrafía y mecanografía por orden de su padre, quien le dijo que sin un título no la dejaría trabajar en el cine ni en el teatro. “Fui a preguntar a la escuela cuál era la carrera más corta, y me dijeron que la de Comercio. ‘¿Y en cuánto tiempo?’ ‘En unos seis meses, si usted es buena’. En cinco meses ya estaba con mi título en mi casa”, contó.

Luis Pinal, en realidad, no era su padre biológico. Este fue Moisés Pasquel, quien se negó a reconocerla. “Lo conocí cuando tenía 10 años, más o menos, sin saber que era mi papá. Era muy cariñoso, me regalaba juguetes, dulces. Era director de orquesta de la (estación de radio) XEW”. Se enteró de la verdad durante un pleito entre él y sus padres.

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El asunto creció cuando la radio armó una nota periodística en la que se le atribuía la paternidad a Pasquel, lo que le ocasionó al señor Pinal un ataque de ira. Además, cuando la familia Pasquel supo de la existencia de Silvia, Moisés le pidió que ya no se refiriera a él como su padre. “En ese momento dejé de pensar en él como mi papá, porque en realidad no lo era”.

Silvia Pinal estudió en la escuela de Bellas Artes, y allí encontró sus primeras oportunidades en el teatro y en la televisión. “Tenía 14-15 años y me aventaba a hacer papeles que no había hecho nunca”. Así conoció al actor cubano Rafael Banquells y se casó con él a los 17 años. “Yo quería salir del yugo y salir como princesa de mi casa”. El padrino de bodas fue Mario Moreno Cantinflas, y le dio un cheque por cinco mil pesos de regalo. “Él era un encanto, ayudaba mucho a la gente”.

Con Banquells tuvo a su primera hija, Silvia (que con el tiempo adoptaría el nombre artístico de Sylvia Pasquel). Dos años después, ella pidió el divorcio. Empezó a trabajar con otros artistas, como Pedro Infante, a quien recuerda como un pretendiente insistente, pero encantador, que solo logró robarle besos en las películas. “Era muy humano y muy sencillo”.

Fue admirada por gente de la industria, pero también por el pintor Diego Rivera, quien le hizo un retrato, y se lo regaló. Al principio, ella pensó que tendría que pagarlo y por eso se negó a ir a posar. Años después aseguró que le había pedido al artista que le hiciera un descuento, pero este se negó: “O no le cobro nada o le cobro mucho”.

Después conoció a Gustavo Alatriste, con el que fue feliz muchos años y al que le presentó con el español Luis Buñuel. “Los junté yo, y fueron mancuerna”. Con ellos hizo la película Viridiana, que fue vetada por el Vaticano y llegó también al festival de Cannes, donde ganó la Palma de Oro.

Con Alatriste tuvo a su segunda hija, a quien llamó Viridiana, y a quien Buñuel apadrinó a pesar de ser ateo. Pero ese matrimonio también terminó, y con el tiempo, ella conoció y se casó con el cantante y actor Enrique Guzmán. Fue un escándalo. “Yo le llevaba diez años, pero me encantaba”. Se casaron cuando ella estaba embarazada de su tercera hija, Alejandra Guzmán.

La primera actriz mexicana Silvia Pinal en un emotivo homenaje celebrado en el 2022 en el Palacio de Bellas Artes, en Ciudad de México (México). EFE/Isaac Esquivel Foto: Isaac Esquivel

La diferencia de edades, los celos de él, descompusieron la relación. “Él era muy fuerte, en todo sentido, desgraciadamente. Me daba miedo”, dijo, admitiendo que había llegado a golpearla. Para entonces ya tenía también a su hijo menor, Luis Enrique Guzmán.

Ella vio empezar las carreras de sus hijas, aunque una de ellas, Viridiana, murió muy joven, siendo actriz. “Nunca estás preparado para eso”. De Alejandra ha dicho que era “muy inquieta, pero para qué la iba a cortar; ella quiso hacer sus cosas y las hizo muy bien, ahí está el resultado”.

¿Cómo deseaba ser recordada? “Con todo lo que hecho, en general creo que ha sido bueno”. (E)