El líder de los Rolling Stones, Mick Jagger, terminó hace pocos días el No Filter Tour en EE. UU. Y lejos de pasar desapercibido tras esta exitosa gira, el famoso músico británico fue visto recientemente en el balcón de un hotel en Miami (Florida), portando unas singulares gafas blancas.

Publicidad

Este artefacto provocó comentarios en redes sociales. Allí se llegó a decir que serían la “fuente de la juventud” de la leyenda del rock -quien ya es bisabuelo y tiene una novia de 34 años-, famoso no solo por su fructífera trayectoria musical, sino también porque a sus 78 años aun irradia mucha energía sobre el escenario.

Jagger, hoy alejado de las drogas y el alcohol, lleva una vida saludable. A su edad realiza recorridos diarios de 13 kilómetros para mantenerse en forma y además practica una hora de baile al día.

Y aparentemente el aparato que el británico tenía puesto también contribuye a su salud. Se trata de unas gafas de fototerapia, un artilugio que se usa para dotar al cuerpo de la luz solar en lugares que esta escasea.

Estas gafas pueden llegar a costar unos $400 y se usan para tratar el trastorno afectivo estacional (TAE), una afección que prevalece en los países nórdicos, y que es similar a la depresión y genera falta de energía, renuencia a participar en actividades sociales y disminución del deseo sexual. Incluso los afectados tienden a querer comer y dormir más de lo habitual.

Cuando un usuario usa los anteojos, la luz ingresa al ojo en la parte inferior de la retina y es captada por fotorreceptores y transmitida al cerebro, detalla Infobae. Los anteojos utilizan luz blanca “enriquecida con azul”, que ayuda al cerebro a liberar varias sustancias químicas, como cortisol y dopamina. Estos pueden hacer que el usuario se sienta más enérgico y feliz.

Publicidad

Cómo obtener vitamina D durante el confinamiento por coronavirus

Para obtener vitamina D, los alimentos no son la primera opción

Aunque curiosamente Jagger en esta ocasión las portaba en la soleada Miami, el año pasado _debido al auge de la pandemia del COVID-19_ pasó encerrado en su castillo en Francia, donde seguramente la luz solar hacía falta. (I)