El príncipe Guillermo y la princesa Catalina de Gales llegaron este miércoles al Castillo de Windsor para asistir al banquete estatal ofrecido por el rey Carlos III al presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, en el primer día de su visita oficial de tres jornadas al Reino Unido, la primera de un jefe de Estado alemán en 27 años.

La recepción, celebrada en el Salón St. George y ambientada con una decoración navideña que incluyó un abeto de más de siete metros procedente del Windsor Great Park, tuvo como protagonista inesperada a la princesa de Gales, que apareció por primera vez con la Tiara Oriental Circlet, una de las piezas más emblemáticas y antiguas de la Colección Real.

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El rey Carlos III de Gran Bretaña reacciona después de un discurso del presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, durante un banquete estatal en el Castillo de Windsor, el 3 de diciembre de 2025, el primer día de una visita de estado de tres días del presidente alemán. Foto: AFP

La elección es significativa: la diadema está tradicionalmente reservada para las reinas y nunca había sido utilizada por una princesa de Gales. La reina Isabel II solo la lució una vez, en Malta en 2005, mientras que la reina Camila, segunda esposa de Carlos, no la ha llevado desde su llegada al trono.

La Tiara Oriental Circlet fue diseñada en 1853 por el príncipe Alberto para su esposa, la reina Victoria, y elaborada por la joyería londinense Garrard & Co. Su diseño, influido por la estética india y mogola, incorpora arcos estilizados y flores de loto. Originalmente montada con ópalos —una de las piedras favoritas de Alberto— y 2.600 diamantes, la pieza fue modificada posteriormente cuando la reina Alejandra reemplazó los ópalos por rubíes, al considerarlos de mal augurio.

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El rey Carlos III de Gran Bretaña y su esposa Camilla posan con el presidente de Alemania Frank-Walter Steinmeier y su esposa Elke Buedenbender cuando llegan para asistir a un banquete estatal en el Castillo de Windsor. Foto: AFP

Pocos años después de su creación, la diadema pasó por nuevas adaptaciones y, tras la muerte de Alberto en 1861, Victoria dejó de utilizarla por asociarla a una etapa previa a su largo luto. La pieza fue posteriormente heredada por la reina Alejandra y más tarde se convirtió en una de las tiaras predilectas de Isabel, la reina madre, quien la lució frecuentemente en retratos oficiales tomados por Cecil Beaton entre las décadas de 1930 y 1950. Tras su fallecimiento en 2002, la diadema regresó a la colección personal de Isabel II.

Catalina combinó la tiara con unos pendientes históricos y un vestido en gasa y lentejuelas firmado por Jenny Packham, con escote asimétrico y una capa ligera, en un atuendo que reforzó la relevancia simbólica de su elección.

La aparición pública de la Tiara Oriental Circlet en un acto de Estado, y en cabeza de la princesa de Gales, marca un hito en la historia reciente de las joyas reales británicas. (I)