Luego de 20 días de haber sido recluido en la cárcel de Brians 2, Joana Sanz visitó a su esposo Dani Alves quien fue acusado de abuso sexual contra una mujer en el baño de una discoteca en Barcelona a finales del año pasado.

A pesar de que se rumoraba que el matrimonio había llegado a su fin, pues ella borró de sus redes sociales todo tipo de imágenes que la vinculaban a él.

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Las empresas del futbolista se encuentran en una situación complicada después de que muchos de sus patrocinadores le hayan dado la espalda.

Según el medio El Mundo, la mujer llegó a la prisión acompañada por un amigo del futbolista brasileño, que también está señalado por acompañarlo la noche de la violación. Estuvieron 50 minutos frente a frente tras lo cual la esposa del lateral tomó una decisión.

“No le voy a dejar solo en el peor momento de su vida”, dijo a la salida donde la esperaban docenas de periodistas. Aseguró que no iba a proceder con el divorcio que se había rumorado. También desmintió que él no quería que lo visitara en la cárcel.

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No obstante, la situación económica del jugador de fútbol no está nada fácil. Enfrenta una deuda de dos millones de euros con Hacienda, el embargo de un piso en Barcelona y una indemnización para el club Pumas por 5 millones de euros debido al incumplimiento de una cláusula del contrato que establece que no puede estar inmiscuido en un crimen, como el de esta violación.

(E)

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