La singular telenovela mediática desatada a partir del cambio de residencia del príncipe Enrique y Meghan Markle (primero a Canadá y finalmente a Los Ángeles, EE. UU.) incluye un capítulo del cual se ha hablado poco en los medios de comunicación: la remoción de la seguridad privada que, según Enrique, les correspondería por derecho real a él y a su familia las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
Sin embargo, en declaraciones realizadas a la prensa estadounidense, Enrique, Meghan, Archie y la recién nacida Lilibet Diana no cuentan con protección oficial pagada con los impuestos de los ciudadanos británicos, lo cual ocurre desde el momento en que los duques de Sussex cruzaron el océano Atlántico para alejarse del ambiente de la realeza liderada por su abuela paterna, la reina Isabel II.
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El príncipe Enrique confesó: “Nunca pensé que me quitarían la seguridad, porque nací en esta posición. Heredé el riesgo... Así que eso fue un shock para mí”, señaló, según publica el portal Express.co.uk.
Tal debate motiva la pregunta: ¿qué miembros de la familia real tienen derecho a protección (y quiénes no)? El mismo portal hace la aclaración.
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Los niveles más elevados de la Corona británica, lógicamente, reciben protección a tiempo completo, como la reina Isabel II, el príncipe Carlos, Camila, los duques de Cambridge (Guillermo y Catalina) y sus tres hijos.
El sitio web de HM Treasury declara: “No hay un desglose de los costos de seguridad disponible ya que la divulgación de dicha información podría comprometer la integridad de estos acuerdos y afectar la seguridad de las personas protegidas”.
Sin embargo, personas como la princesa Ana, el príncipe Eduardo (ambos hijos de la reina, hermanos de Carlos) y su esposa, Sofía, ambos condes de Wessex, reciben protección oficial solo cuando participan en compromisos oficiales, pero no en sus hogares.
Las princesas Beatriz y Eugenia (hijas del príncipe Andrés, nietas de la reina Isabel II) tampoco cuentan con fondos de seguridad, ya que no trabajan para la Corona a tiempo completo y tienen otras ocupaciones laborales.
El príncipe Andrés (segundo hijo varón de Isabel II), por el contrario, ya no tiene derecho a la seguridad oficial debido a su amistad con el pedófilo Jeffrey Epstein, lo cual lo involucró en un sonado escándalo. Ahora su protección está financiada por fondos privados de la reina. (I)