Elegirlas con mayor anticipación, enfocarse en una estrategia de competencia, mayor apertura con profesionales que aspiran a sumarse al staff oficial e incluso un cambio generacional. Varias son las propuestas que menciona un grupo de profesionales vinculados a los certámenes de belleza en Ecuador luego de la reciente edición del concurso Miss Universo, desarrollado en El Salvador, donde la nicaragüense Sheynnis Palacios hizo historia al convertirse en la primera mujer de su país en ganar el título.

Durante las semanas previas a la gala final, nuestra compatriota, la guayaquileña Delary Stoffers, mantuvo una impecable intervención que captó la atención de medios internacionales y les dio esperanza a los seguidores de estas competencias de lograr un sitio entre las semifinalistas y acercarse así al título de Miss Universo. Sin embargo, luego de conocer el grupo de las primeras 20 semifinalistas, la ilusión por la competencia se acabó.

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Según expertos consultados que coinciden en que las ecuatorianas que han competido en el Miss Universo han llegado con perfiles interesantes y diversos, estas son algunas de las recomendaciones para la preparación y elección de la sucesora de Stoffers para la siguiente edición.

“El país sueña con una corona, y anoche fue la demostración de que un país pequeño como el nuestro, así como Nicaragua, se lleve la corona de Miss Universo. Nos da la idea y la esperanza de que sí podemos lograrlo, pero también nos da la idea de que estamos haciendo las cosas mal, porque en nuestro país hay chicas que quieren estar ahí, hay profesionales en el área de la belleza con mucho talento; pero al final, para mí, es que la cabeza de ese proyecto que sería obtener la corona de Miss Universo no es la ideal y no tiene la visión necesaria para lograr ese objetivo”, menciona José Hidalgo, coach de misses.

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Para Hidalgo, los cambios son necesarios para obtener resultados. “Siento que tenemos una Miss Ecuador que tenía todas las posibilidades para llegar a un top 20 (semifinalistas), porque hizo una preliminar muy buena, pero también tenemos que saber todo lo que hay atrás. Tal vez habría tenido un mejor puntaje si hubiera tenido un mejor vestuario, una mejor promoción de marketing en redes sociales, que además es marketing a nivel internacional, no solo a nivel nacional. Son chicas que viajan a canales internacionales, a Estados Unidos; también lo hizo Ecuador, pero lo hizo no en el momento ideal. Hay que crear más de una estrategia para llegar a ese punto”, añade.

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“Los perfiles que hemos mandado (como país) siempre han sido diferentes, y eso es válido porque el concurso busca diversidad; siempre ganan chicas distintas, no importa el país que sea, siempre son chicas completamente distintas. Yo creo que Constanza (Báez) marcó un hito, pero Constanza lo hizo por su cuenta. Ella se asesoró con gente que tenía un poco más de visión e invirtió, y eso también es importante. Esta inversión no solo debe hacerla la candidata, sino también la organización, las marcas auspiciantes”, indica Hidalgo, con más de quince años de experiencia en este rubro.

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Enfoque y anticipación

Hidalgo refiere que elegirlas a corta distancia de su viaje al Miss Universo es una de las debilidades para nuestras delegadas. “Algo que estamos haciendo mal y en lo que yo insisto siempre es que seguimos escogiendo a la Miss Ecuador con pocos meses de anticipación. Este año se escogió en junio; el concurso empezaba en noviembre. Estamos hablando de que tiene cuatro meses en promedio de preparación, en comparación con Venezuela, que escoge a su reina un año antes (...). No tenemos la estrategia necesaria para poder ganar; solo se va a cumplir”, recalca.

Miguel Panus, subdirector de CNB Ecuador, cree que en la selección de las futuras representantes deben enfocarse en qué busca la competencia internacional en cada edición. “La nueva dueña dijo que buscan una líder transformacional; eso es un factor importante a considerar para la elección. No creo que sea imposible llegar a un top o ganar una corona; lo vimos el día de ayer con la clasificación de Pakistán, que era un país que participaba por primera vez y al clasificar hizo historia para su nación; y con la ganadora, de Nicaragua, un país pequeño como nosotros, y logró hacer historia con la primera corona de Miss Universo para su país”, subraya.

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“Hay que tener un análisis de lo que busca la organización internacional, en cualquiera de los concursos donde nuestras candidatas sean partícipes (...). Es primordial tener superclaro el enfoque para de ahí partir y trabajar con un equipo en la preparación de nuestras representantes a futuro”, sugiere Panus.

Panus, quien a través de CNB Ecuador organiza la elección de las ecuatorianas que participan en Miss World, Miss Supranational y Miss Grand International, sostiene que conocer más de los concursos internacionales ha sido fundamental para poder tener éxito en ellos.

“Desde 2019 comenzamos a ir a los concursos de los que tenemos la licencia. A partir de esas experiencias, viviendo de cerca el backstage, conversando con directores de otros países, las reinas titulares y los dueños de cada concurso, fue un reinicio del sistema de preparación para las reinas, y nos asesoramos con profesionales, como Alexander González. También es importante que la reina electa sea una mujer comprometida y disciplinada”, precisa.

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Sin diversidad en semifinales

William Herrera, agente y productor de modelos, afirma que “son tantos los países que compiten, que no llegan ni a 20 los que han logrado un triunfo; siempre quedan los mismos. Ahora, con el tema de la inclusión, había que dar la oportunidad a estas candidatas y terminó siendo una discriminación para otras a las que, teniendo el potencial, no se las consideró dentro de un top, como el caso de la representante ecuatoriana, Delary Stoffers, República Dominicana o México”.

“Depende de las políticas que establece cada concurso, y eso ha variado en los últimos años, y lamentablemente se ha convertido en una constante el elegir a los mismos países todos los años”, añade.

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William Herrera, director de agencia de modelos

Herrera agrega que, como colaborador externo de la organización Miss Ecuador, la delegada del país cumplió de forma acertada con su participación. “No hace falta una corona y una banda para ser una miss; es todo un conjunto. Ella es una mujer que la conozco desde sus 14 años, cuando la conocí en Designer Book a través de María Susana Rivadeneira. Desde ahí hemos venido trabajando. Ella ha viajado internacionalmente para trabajar con agencias como Elite Model en Estados Unidos y Europa, y tuvo que regresar a raíz de la pandemia. Hemos venido haciendo desde ahí su preparación para el Miss Universo. Se preparó local e internacionalmente, lo cual se ha demostrado durante todo este tiempo”, enfatiza.

¿Es necesario el cambio?

Aquí las opiniones se dividen. Hay quienes aseguran que no depende únicamente de la organización el triunfo de las candidatas. Y hay quienes recalcan que, sin resultados positivos, el cambio de dirección es necesario.

Herrera asegura que es justamente la postura y profesionalismo de María del Carmen de Aguayo, directora de la organización Miss Ecuador, lo que mantiene el nivel del concurso Miss Ecuador como uno de los más importantes. “Todo el mundo trata de hablar y desprestigiar. Yo lo he vivido de cerca, no un año sino muchos, y es la razón por la que permanezco, porque se trabaja con mucho profesionalismo y perseverancia; lo más importante: ética y disciplina. ¿Eso es cuestionable? No”.

“Te das cuenta de que en 20 años que va a tener la organización, bajo la misma dirección, se han logrado solamente dos clasificaciones: una cuando Ecuador fue sede con María Susana (Rivadeneira) y la segunda con Constanza (Báez), y además que todos sabemos que fue un logro personal de ella y de su familia, y no de la organización (...). Con esos resultados, que no son favorables, sí se necesita un cambio en la organización”, puntualiza Hidalgo.

El periodista Angello Barahona recientemente publicó en sus redes sociales una dura crítica en la que afirma que para conquistar la corona ya se requiere una nueva generación al mando de este concurso a nivel nacional. “La ‘organización’ —como tal— yo diría que no existe. Organización es algo como lo que existe en Venezuela, una gran empresa con una megaestructura y profesionales asesorando a las misses. Yo creo que hemos enviado mujeres bellas, pero no competitivas. (...) El cambio de dirección se debe dar porque esto no es un juego de niños. Es el nombre del Ecuador. Todos soñamos con tener una Miss Universo”, subraya.

Al preguntarle a Barahona qué necesitan nuestras representantes para el Miss Universo, responde: “Hace falta ser una leona. Ser un huracán, como las venezolanas, las colombianas, y ahora también las peruanas. Nada de paseos de ruta de belleza, de andar de jurado en reinados cantonales; eso distrae. Una Miss Ecuador para Miss Universo debe tener la mentalidad de atleta olímpica. Ser absolutamente fitness; el cuerpo debe ser muy bien preparado. La oratoria y la rapidez emocional y de léxico se logra con prácticas diarias, pero preparación mínima de un año y diaria (...). Miss Nicaragua fue con lo elemental; ella se fogueó en el escenario, ahí fue una leona. Y a una leona nadie le gana”, asevera. (I)