La presentadora de TV Cinthya Coppiano y su médico, el cirujano Javier Soto, hablaron hoy con los medios ecuatorianos sobre la condición de salud de ella, provocada por el uso de hidrogel (un tipo de biopolímero) en los glúteos, después de haberle dicho que sería ácido hialurónico.

“Nosotros retiramos lo más que se pudo, pero no se puede retirar por completo, siempre queda un porcentaje en el cuerpo, porque el producto no tiene una cápsula, sino que es un líquido que se riega”, así que no es posible retirarlo todo sin causar daño en el organismo, señaló el especialista colombiano.

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Cinthya Coppiano y el cirujano estético Javier Soto en videoconferencia el jueves 2 de octubre de 2025. Foto: Cortesía

Eso fue lo que ocurrió la primera vez que la actriz acudió a un centro para que le retiraran lo que ella pensaba que era ácido hialurónico: trataron de quitárselo a la fuerza, y la lastimaron más.

Los dos indicaron que ella fue asintomática y no tuvo dolor hasta que fue a retirar el producto.

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Soto explicó que ya han pasado por dos tiempos de cirugía, y que Coppiano todavía no tiene fecha de alta.

“Tienen que pensar lo mal que la pueden pasar antes de colocarse algo no solo en los glúteos, porque hay gente que se los pone en la cara, en los labios. No saben la tortura que van a pasar. Hay que balancear riesgo-beneficio”, recomendó el doctor Soto.

“No existe ácido hialurónico para los glúteos, eso es falso”

El médico agregó que hay procedimientos no invasivos como el ácido hialurónico (1 cm3 por $ 400, la cantidad que se usa en el rostro), botox y plasma, que pueden costar decenas y cientos de miles de dólares. “El costo es muy grande, no existe ácido hialurónico para los glúteos, eso es falso”.

Aunque la medicina estética es su trabajo, advirtió que lo principal es la vida y la salud. “No podemos ponerlas en riesgo por la belleza”.

Añadió que esta es una práctica que afecta a mujeres de todas las procedencias y niveles de ingresos, famosas o no; y también a hombres.

“No existe ningún procedimiento seguro que no sea relleno con grasa de los glúteos o implante de glúteos. Todo lo que se salga de ahí es peligroso”. Soto añadió que hay una “banderita roja” cuando alguien menciona otro producto.

¿Y si la paciente pide biopolímeros o los acepta? “No es culpa de ellas, porque la responsabilidad debe caer sobre el médico que lo hace. El médico es el que estudia para saber qué es lo bueno y qué es lo malo para nuestros pacientes”.

Cinthya Coppiano: “No entendía por qué tenía que enviarme tantos exámenes”

Coppiano explicó que los dolores a partir del intento de extracción manual y sin terapia del dolor fueron algo “inhumano, despiadado”.

“Estuve al borde de la muerte, me desmayaba, lo guardé en silencio, y cuando vine a Colombia para realizarme un tratamiento estético, que es lo que yo veía a primera instancia, me encontré con el doctor Javier Soto. No entendía por qué tenía que enviarme tantos exámenes”, recuerda.

Lo primero que supo cuando se reunieron fue que tenía biopolímeros. “No entendía por qué durante 20 años pregunté a varias personas sobre mi diagnóstico y nadie me lo pudo decir”.

Soto indicó que a muchos pacientes en Latinoamérica les ocurre lo mismo. “Les colocan estos productos diciendo que son benignos como el ácido hialurónico, les ponen otro tipo de nombres (en Colombia era algo como ‘células expansivas’)”.

Este líquido no se absorbe. Muchas personas como Cinthya Coppiano son asintomáticas, el biopolímero queda durmiente en el cuerpo.

“Lo que se creía antes era que mientras el producto no hiciera nada, pues no se tocaba. Hoy se ha llegado a la conclusión de que es mejor retirarlos apenas se diagnostican. Porque si dejamos que avance y genere síntomas como decoloración de la piel, dolores, problemas nerviosos, la reconstrucción va a ser mucho más difícil”.

  • El procedimiento puede tomar de 60 a 150 minutos.
  • A algunos pacientes se les hace amputación completa de los glúteos, porque el producto atravesó todos los tejidos.
  • En otros casos, el biopolímero migra a la columna dorsal y produce parálisis.
  • Cuando migra al sistema cardiovascular, causa la muerte.

“Es algo muy grave que en Colombia se considera como un problema de salud pública”.

La presentadora ecuatoriana fue diagnosticada, podría decirse, de forma temprana. El cirujano añadió que el tratamiento puede componerse de tres o cuatro cirugías. Coppiano lleva dos. “Creo que vamos muy bien”, le señaló Soto. “Hemos logrado un avance muy bueno. Las cicatrices van muy bien”.

“Siempre quedan secuelas”: la realidad de los biopolímeros

El doctor Soto señaló abiertamente que ya que es imposible retirar todos los residuos, siempre quedan secuelas. “Eso es un poco triste, porque uno hace lo que más puede, pero es imposible sacarlo todo”. Se retira de un 80 a 85 %.

“Y para sacar ese porcentaje quedan unas cicatrices, toca hacerlo por vía abierta, que es lo que hicimos con ella; uno quisiera poder evitarlo y hacer incisiones pequeñas, pero nos toca poder entrar; y también pueden quedar depresiones en el glúteo que tratamos de corregir con la solución”.

Coppiano aseguró que no teme exponer los detalles de su recuperación. “No tengo miedo, porque no fue lo que yo pedí. Y no tengo miedo al qué dirán”, subrayó. “¿Y sabes qué? Vivo la vida más tranquila, estoy más relajada, esto me ha ayudado tanto que va a salir mi libro". (I)