Después de algunos años, nuevamente escucho el concepto en esta época electoral. Hoy, que tememos llamar a las cosas por su nombre, que a los presos se les dice personas privadas de libertad, a los ancianos, adultos mayores, o al aborto, interrupción del embarazo, encuentro que soberanía alimentaria se entiende por muchos como el cierre de las fronteras y la exaltación únicamente de lo local, en términos alimenticios. Entendiendo por soberanía, la Real Academia de la lengua, el poder político supremo que corresponde a un Estado independiente, la connotación que ha prendido entre nuestros revolucionarios es peregrina.