Bufé alemán, show musical en vivo y bebidas soft ilimitadas, así empieza la oferta del Oktoberfest este año en el salón Santa Fe del hotel Hilton Colón, en Guayaquil. Se trata de la fiesta popular más grande de Alemania, y su sede es la ciudad de Múnich, desde donde vienen los músicos del grupo Deluxe para animar el ambiente.

El chef Manfred Krauth cuenta que Oktoberfest se trata de la tradición; por eso, han recreado el ambiente que se vive en Múnich. En las primeras horas hay música suave para los que quieren comer tranquilos. A las 21:00 empiezan tonadas más alegres. Y a las 22:00 es ‘bomba’. “Es la música de Bavaria, polca, vals, un poco de todo”.

La variedad incluye platos fríos, embutidos, ensaladas, quesos, pescados marinados, pan, cortes de salami y las salchichas especiales que el chef y su equipo han estado preparando en estos días. “En la estación fría hay codillo de cerdo crocante, costillas crocantes, japón de Bavaria, sauerkraut (chucrut, col agria) y variedad de salchichas”.

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El Oktoberfest, fiesta tradicional alemana que empieza a fines de septiembre y se extiende hasta octubre, llega al hotel Hilton Colón, en Guayaquil. Foto: Cortesía

En la estación de comida caliente hay pato con col morada, escalope con papas salteadas, maultaschen (un tipo de ravioli alemán), salmón en salsa de pimienta, limón y espárragos; guarniciones como spätzle (pasta), ensalada de papa, goulash con albóndigas y lomo fino de cerdo con salsa de hongos.

Y finalmente, los postres a base de nueces, almendras, chocolate, frutas frescas y frutas del bosque. “Y el más chévere es el kaiserschmarrn (’la locura del emperador’), y también servimos helados”.

En cuanto a la cerveza, habrá cerveza rubia y oscura, de la marca Erdinger, que es de levadura, turbia. “Es la que más me gusta en el festival”. También estará presente la cerveza ecuatoriana.

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Krauth, nacido en la región montañosa de Selva Negra, explica que en Alemania cada pueblo tiene su propia línea de cervecería, y hay una norma de hace varios siglos que indica que no se puede añadir ingredientes; cada tipo de cerveza tiene sus especias, para guardar su carácter artesanal. “En nuestro pueblo hay una cervecería fundada por monjes, muy tradicional”.

Foto: Cortesía

El chef salió de Alemania en 1981 para trabajar en Venezuela, y vive en Ecuador desde 1989, cuando lo llamaron a trabajar en Quito. A Guayaquil llegó en 1996. Está casado con una quiteña, tiene dos hijas (ninguna se dedica a la cocina) y se retiró hace tres años, pero sigue trabajando entusiastamente en el Oktoberfest, porque es una celebración que, a sus 64 años, lo llena de alegría. En Ecuador cocina también por afición. Le gusta acompañar a su hija, bióloga, a una comunidad en Quinindé, donde disfruta de preparar comida con la gente de la comunidad y les enseña a hacer pan.

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“En el equipo, el que sabe más aporta y aprende”, dice Kraith, cuyos platos ecuatorianos preferidos son la guatita y el seco, y ha viajado con la selección ecuatoriana de fútbol a la Copa América de 2007, el Mundial de Alemania de 2006 y el de Brasil en 2014. “Hoy no puedes tener solamente tu especialidad: debes saber de todo; y, si algo no te sale muy bien, busca a quien pueda ayudarte. Es lo bueno de la cocina: no estás solo”.

El chef Manfred Krauth reside en Ecuador desde 1989. Foto: El Universo

Su equipo está conformado por tres personas encargadas de la elaboración de las salchichas; otros preparan los platos crocantes, como el codillo, la panceta y el costillar; y otros más en la estación caliente con los platos típicos de toda Alemania; un cuarto grupo se encarga de la estación fría, y tres cocineros más están en la pastelería. “En este equipo nos apoyan pasantes de Cook & Chef School y La Escuela de los Chefs. Vamos a hacer todos los días un reto entre escuelas. Todo debe ser una fiesta. Todo el que viene disfruta a su modo, clientes mayorcitos y niños; por eso tenemos el bufé de almuerzo el domingo”.

En Alemania, recuerda, un típico Oktoberfest se hace en una carpa gigante bajo la cual hay hasta mil personas, se venden miles de pollos, se empieza a trabajar desde las 10:00, “y no te puedes mover de la cocina hasta las cinco de la tarde. Uno termina cansado y contento, esperando el año que viene”.

El costo por adulto en el Oktoberfest es de $ 53 (bufé, show y bebidas no alcohólicas, impuestos y servicio). Horario: De martes a sábado, 19:30; y domingo a las 12:00. También hay paquetes de precios variados, individuales y grupales. Las entradas están a la venta en el vestíbulo del hotel.

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Además, para divertirse sin pensar en la hora, hay un paquete de habitación y desayuno en el hotel, para dos adultos (con reserva, $ 99 más impuestos, servicio y tasa de pernoctación), el 29 y 30 de septiembre y el 6, 7 y 8 de octubre, únicamente para quienes asistan al festival. (E)