El fuego tiene su propio lenguaje. En Fogo de Chão no se improvisa: se escucha, se mide y se respeta. En la nueva sede del restaurante, abierta en el segundo piso del centro comercial Alhambra (km 2,5 de la av. Samborondón), ese diálogo entre brasas y carnes se vuelve visible, casi litúrgico. No hay prisa ni alardes, solo precisión.

El rodizio –el corazón del concepto– es un formato de servicio que nació en el sur de Brasil y que Fogo de Chão transformó en una escuela internacional. No es un bufé ni un desfile de abundancias: es un ejercicio de ritmo. Los comensales permanecen en la mesa mientras los gauchos –asadores de oficio– recorren el salón ofreciendo cortes directamente desde las espadas.

Picaña, costilla, chorizo, bife ancho, fraldinha... Cada corte (tiene 12 importados de calidad prémium) llega en su punto; cada porción se recibe sucesivamente hasta que el comensal decide detenerse.

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Andrés de los Reyes, chef ejecutivo del restaurante Fogo de Chao, en la vía a Samborondón. Foto Jorge Itúrburu

El gaucho no es un camarero. Es un intérprete del fuego. Su gesto es técnico y ritual al mismo tiempo: sabe cuándo la carne pide reposo y cuándo se está listo para la siguiente tanda. Esa interacción –silenciosa, atenta– es la esencia del rodizio: una conversación entre fuego, carne y apetito.

La experiencia se completa con la market table, un espacio central que actúa como contrapeso vegetal: frutas tropicales, ensaladas de estación, quesos curados, charcutería, sopas, mariscos y especialidades brasileñas, como pan de queso, arroz biro-biro, cebolla doré, plátanos fritos, puré de papá y la feijoada.

“La hospitalidad y la abundancia es lo que queremos transmitir. Los gauchos tienen diseñada una ruta en el restaurante para cubrir todos los sectores. También tenemos nuestros jefes de salón, que nos indican las necesidades de sus comensales”, menciona el quiteño Andrés de los Reyes, chef ejecutivo.

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Actualmente tiene presencia en Quito y la av. Samborondón. Prevé instalarse en Cuenca. Foto Jorge Itúrburu

De los Reyes, de 38 años, indica que en cada restaurante de la cadena, alrededor del mundo, se incluyen recetas e ingredientes locales en temporadas especiales.

Experiencia en expansión

Este establecimiento es el segundo que la marca inaugura en el país. El primero de ellos funciona desde hace dos años en la capital (av. Francisco de Orellana 1172 Y).

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“Nosotros compramos la licencia para Ecuador, país que nos da la oportunidad de abrir de tres a cuatro restaurantes. Empezamos en Quito, luego en Guayaquil; vamos ahora con Cuenca y posiblemente una nueva ciudad; no lo sabemos todavía”, afirma Joseph Cina, gerente de la cadena.

Para diciembre, indica, tiene previsto iniciar los trabajos para instalarse en Cuenca. “Queremos tener nuestro tercer Fogo de Chão en mayo del próximo año”, añade Cina mientras menciona a Colombia y Panamá como países a los que aspiran llevar esta propuesta.

La apertura del restaurante (en la capital y el Puerto Principal) también representa una apuesta económica de consideración. De acuerdo con Cina, la cadena invirtió alrededor de un millón de dólares para instalarse en el país, creando plazas de trabajo para 60 personas en cada ciudad.

Fogo de Chão se originó en Porto Alegre (sur de Brasil) y desde entonces ha llevado su formato de churrasco (tiene más de 20 locales a nivel mundial) a Estados Unidos, Puerto Rico, México, Arabia Saudita.

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Atiende de lunes a domingo, de 12:00 a 22:00, y se puede disfrutar de la full fogo experience por $ 49,99 más impuestos (por persona). (I)