En 2021, la chef pastelera ecuatoriana Pía Salazar ya fue elegida por la prestigiosa lista internacional World’s 50 Best como una estrella emergente en Latinoamérica. En 2022 fue premiada como la mejor de la región y finalmente, este 2023, acaba de ser reconocida como la mejor chef pastelera del mundo. Sin embargo, para Pía y su esposo, Alejando Chamorro, del restaurante Nuema (Quito), este es un camino que recién empieza.
“Ahora es el turno de Ecuador, es el momento de que el resto del mundo voltee a mirarnos”, confesó Salazar, de 41 años, en una entrevista vía Zoom con este Diario pocas horas después de su regreso al país, tras la ceremonia de premiación.
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El reconocimiento, dijo, lo recibió con gran sorpresa pues, aunque ya había ganado como la mejor de Latinoamérica, la categoría mundial implicaba enfrentarse a chefs asiáticos, franceses, alemanes, entre otros, que destacan por sus técnicas de vanguardia. Pero fueron los sabores ecuatorianos los que destacaron entre los demás y le otorgaron el triunfo a la ecuatoriana.
“Mi siguiente recuerdo hermoso de esa noche fue ver, mientras bajaba del escenario, a todos los asistentes latinoamericanos aplaudiendo de pie, incluyendo a Gastón Acurio (chef peruano). Realmente no me lo esperaba”.
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¿Qué sigue ahora que es la mejor del mundo?
Justo eso me preguntó mi hijo: ‘¿mami, qué sigue?’ y le respondí que tenemos que seguir creyendo en que podemos llegar mucho más lejos. Como cocineros y como ecuatorianos seguiremos empujando para que el Ecuador suene mucho más fuerte en el mundo, porque somos nosotros quienes tenemos que posicionarlo, así que este es solo el comienzo del gran gran trabajo que se aproxima. Lo que sigue es seguirle metiendo muchas ganas para que nuestra cocina se conozca y suene como debería sonar a nivel internacional.
¿Qué ingredientes destacan en sus propuestas?
Obviamente sabemos que Ecuador posee el mejor chocolate del mundo y tenemos que sentirnos muy orgullosos por eso. Pero también aprovechamos los productos de temporada como en estos meses que está llegando la mandarina pequeña de Ambato y el guaytambo o también productos de Oriente, como el palmito. Con Alejandro siempre tratamos de hacer una investigación y viajar a varios lugares para compartir con las personas que saben mucho de la tierra, porque aprendemos mucho de ellos y nos enseñan a valorar el producto.
¿Cómo nació su amor por la cocina?
Todo este tema viene de casa, de mi mamá, de mi abuela y de mis tías y de todo el amor y la pasión que ellas ponían en la cocina y en sus ingredientes cuando yo era muy pequeña. Estoy convencida de que la cocina sin recuerdos no existiría. Los recuerdos siempre están presentes y eso hace que ames aún más lo que estás haciendo hoy. Recuerdo de mi niñez el buen mote con azúcar y queso, por ejemplo, así como la frescura de los productos que llegaban de la hacienda de mi abuelo, en Cuenca. Todo me sigue generando mucha nostalgia.
¿Cuál es el postre que no puede dejar de pedir quien los visite en Nuema?
Hay postre muy emblemático que es de alga, coco, levadura y ajo negro, que nunca quiero sacar de la carta. Es un postre con mucha textura y a veces las personas no entienden por qué está un alga, ya que la mayoría espera chocolate o elementos dulces, pero este es un postre en que tú sientes que te estás comiendo un postre desde que está tierno.
¿Cómo se complementan estos platos con el resto de la propuesta gastronómica de Nuema?
Con Alejandro siempre estamos viendo los productos que vamos a incoporar (la carta de Nuema se renueva cada tres meses). Y siguiendo con las regiones de Ecuador, ahora ya nos toca la Costa, pero ha sido una investigación tan amplia que nos ha tocado elegir entre tantos productos que tenemos y que nos parecen fantásticos, pero se trata de trabajar junto con nuestro equipo para equilibrarlos. Es un tema de creatividad y de invitar a esa nueva generación que trabaja con nosotros a atreverse a probar todo lo que nos ofrece nuestro país.
Sobre Nuema: El restaurante abrió sus puertas en 2015 y hoy tiene un equipo de doce personas en cocina y ocho en salón. En 2020 fue reconocido como el mejor resturante de Ecuador y este año se ubicó en el puesto 79 de los mejores restaurantes del mundo, según World’s 50 Best Restaurants.