A sus 37 años, el artista visual David Orbea tiene un largo recorrido por galerías y espacios de arte del país, entre ellos, el Museo Antropológico de Arte Contemporáneo (MAAC), el Centro de Arte Contemporáneo de Quito y DPM. Pero hasta el próximo sábado 8 de julio podrá encontrar su muestra más reciente, Trópico informal, en Casa del Barrio (calle Panamá).
Orbea es tecnólogo en Artes visuales en el Instituto Tecnológico de Artes del Ecuador (ITAE) y licenciado en Publicidad y Marketing en la U. de Guayaquil. En 2016 obtuvo el tercer lugar del Salón de Julio.
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La curaduría de Trópico informal está a cargo de Rodolfo Kronfle Chambers. “Sus ejercicios pictóricos se han caracterizado por la simplificación de las formas que encuentra en muy distintos registros comunicacionales, desde fotografías de prensa hasta productos comerciales. En algunas de sus series este propósito adquiere características formales ligadas a la abstracción, pero conservando su capacidad de comentar la realidad circundante”, explica Kronfle sobre trabajos previos del artista.
Y destaca que Orbea haya honrado la informalidad en esta muestra, prescindiendo de la prolijidad característica de la abstracción para “más bien indagar en los registros de lo que podemos llamar una abstracción sucia, que desborda la geometría subyacente como su único interés para comunicar algo esencial de la identidad de sus referentes originales”.
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¿Cuál es el concepto detrás?
La exposición nace de una investigación que llevo haciendo desde la pandemia y parte de mi fijación por la ciudad donde vivo, que es Guayaquil. Y la serie que forma parte de la muestra se llama Postales porque es la manera que tengo de retratar a la ciudad, pero obviamente desde mi perspectiva como artista visual y sobre todo desde mi práctica, que es la pintura, la abstracción geométrica y el color. He venido identificando cómo es la paleta de color incluso de la ciudad y los patrones geométricos que también he encontrado, sobre todo en las fachadas de edificios, casas y locales comerciales.
¿Qué hay detrás del nombre, Trópico informal?
Por la ubicación de nuestra ciudad, su clima y de todo lo que significa estar en Guayaquil. Además, la palabra informal juega con la terminología y se aplica a la pintura, en este caso un poco más suelta, con más textura y hasta más ‘sucia’, si se quiere decir así. Es lo opuesto a lo formal, que es lo pulcro, lo perfecto, los bordes duros, como los llaman en la historia del arte.
¿Cómo fuiste registrando estos datos que ahora se traducen en tu producción artística?
Tenía la idea de una postal, como cuando uno viaja y se lleva una mirada pequeña de lo que fue la ciudad, y estas obras son mi forma de postal de Guayaquil, con los colores, con sus formas. Mis procesos creativos llevan años y desde 2016 comencé a fijarme en ciertos elementos exteriores de la ciudad, algunos referentes de la calle y tomaba fotografías con cámara o con mi celular y las tenía guardadas. Y cuando pudimos volver a salir, tras la pandemia, volví a mis recorridos por el centro y el sur de Guayaquil, y encontré más material, hasta que en 2021 concreté mis ideas y comencé a pintar.
¿Cómo está diseñada la muestra y qué experiencia quieres que se lleven los visitantes?
La verdad no soy muy partidario de que haya un orden, aunque sí lo he hecho. Yo solo sugiero que la recorran, porque para mí eso es fundamental, que vean sin tener ninguna referencia de las obras y que, en algún punto, lleguen a sentirse familiarizados con las piezas, sus colores y las formas porque es Guayaquil. Al menos entre guayaquileños sí debe nacer cierto grado de familiaridad con la experiencia de ver esta exposición. Al menos es lo que pretendo. Y al final hay un breve video con las fotografías que inspiraron las pinturas. Eso te ayuda a darle cierre a la muestra.
¿Cuáles son tus próximos planes para el resto del 2023?
Tengo en estos días también la exposición Mirar en pintura, en Cuenca, en un nuevo espacio que se abrió en esa ciudad y se llama Informal. Y en julio seré parte de una exposición colectiva en México, junto a otros artistas, quienes estamos invitados por la galería Trapo en San Miguel de Allende. Y de allí el plan es seguir trabajando, seguir pintando.