Fabiano Kueva es el ganador de la 15.ª Bienal Internacional de Cuenca

CUENCA. Fabiano Kueva es el ganador de la Bienal de Cuenca con una instalación que montó en diez días, pero que la ha investigado previamente por una década. Su obra Ensayo geopoético Alexander von Humboldt 2011-2021 recrea una inquietud personal sobre los diarios de un viaje, pero inspirado e influenciado por el libro Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente.

Este texto escrito por Humboldt en 1799 le llamó la atención por su “juego discursivo”, dice Kueva, pues los párrafos estaban narrados en tercera persona y en plural y con frecuencia se cita a él mismo como “nosotros”.

Reconoce que en principio pensó hacer solo un video, pero luego, cuando emprendió el mismo trayecto de Humboldt (le falta la mitad), empezó a replicar las técnicas de viaje, como hacer un diario, trazar mapas, hacer mediciones y conformar un herbario de los lugares visitados.

Con estos elementos lo que planteó ante la Bienal de Cuenca fue una instalación que luego de la curaduría fue colocada en el museo Remigio Crespo Toral, en una sala abierta en donde converge la construcción en sí y la naturaleza local, lugar en que se aprecian los árboles y el río Tomebamba.

Lo que el visitante observará son las evidencias del viaje colocadas dentro de vitrinas de madera; muestras de los ríos visitados, incluidos los cuatro de Cuenca; y, al final, un video de una hora de duración en el que hace un desplazamiento hacia atrás, donde se observa que ciertos paisajes descritos en 1779 por Humboldt de una manera “romántica” hoy no existen por deforestación o sequía.

Considera que el eje de su proyecto calzó bien con el concepto de la Bienal, denominado “Del bioceno, cambiar el verde por azul”, pues ya había una conexión porque se abordó la fusión de la naturaleza con cultura o tecnología.

Y aunque este proyecto ya ha sido presentado en México, Berlín o Lisboa, ejecutó algo exclusivo para la ciudad con elementos de la zona, como arqueología cañari y hierbas andinas.

Como artista contemporáneo cree que uno de los factores más importantes es que la obra sea comprendida y disfrutada por toda la ciudadanía, generando una identidad local, pues “si el público no logra descifrar lo que uno intenta decir, uno está hablando para uno mismo”.

Pero a pesar de su perspectiva única y artística, Kueva invita a quienes vean su obra a que hagan su propio viaje interior para generar conciencia sobre la importancia de conservar el agua o las plantas en medio de sus actividades cotidianas.

Además, en el contexto actual de la pandemia, en que existe una crisis mundial de salud pública, el arte ayuda a canalizar la convivencia entre los humanos y los no humanos para ir a la raíz del mal que genera un desequilibrio. Y el presentar esto en un museo es para cuestionar que “muchas veces se cuidan más los fetiches culturales, que tienen mucho valor económico”, pero no se cuida la naturaleza en sí. “Es una paradoja tener un muy buen museo de una cultura amazónica o de la Costa y que su gente, sus creencias, estén destruidas, llenas de resorts, de cosas que destruyen e imposibilitan que continúen”.

Concluye que no quiere moralizar a nadie, sino hacer preguntas para ver lo que no se ve. ¿Qué pasa si un río deja de estar? Preguntas que hoy las cree obvias, pero que luego de varias décadas cambian el peso de la humanidad. (I)

Dato:

Fabiano Kueva es un artista, curador, productor y gestor cultural ecuatoriano nacido en Quito en 1972. Obtuvo el Primer Premio en la 3.ª Bienal Latinoamericana de Radio (México, 2000) y el Premio París en la 9.ª Bienal Internacional de Cuenca (Ecuador, 2007); además participó en la 10.ª Bienal de la Habana (Cuba, 2009) y en la 2.ª Bienal de Montevideo (Uruguay, 2014).