Mientras se realizaba el proceso de paz en Colombia, entre el 2016 y 2017, el artista cuencano Tomás Ochoa, de 53 años, trabajó en la serie de obras a las que denominó Línea negra.

Esta serie plantea preguntas sobre las connotaciones políticas y consecuencias ecológicas de antes y después de la guerra en relación al territorio”, dice Ochoa desde Cali, Colombia, país en donde reside desde hace siete años.

Tomás Ochoa se acerca a la historia a través de su obra

Antes de llegar a Ecuador, la exposición estuvo en Colombia, Estados Unidos y en México.

Publicidad

Su propuesta artística llega a través de Línea negra, ¿cuál es el concepto que refleja o plasma en estas imágenes?

Línea negra es el nombre que los arahuacos de la Sierra Nevada colombiana han dado a una de sus prácticas ancestrales que consiste en recorrer sus territorios con el fin de restaurar el equilibrio natural alterado por la presencia de grupos armados. Intenté en esta serie recoger este legado de nuestros “hermanos mayores” en el año del proceso de paz en Colombia, para lo cual me di a la tarea de recorrer los territorios donde arreció la violencia.

Paradójicamente la violencia había preservado bosques y parajes intactos, salvo ciertas marcas en el paisaje como logos y grafitis de los grupos guerrilleros en las piedras de los ríos. Esta serie plantea preguntas sobre las connotaciones políticas y consecuencias ecológicas de antes y después de la guerra en relación al territorio.

Publicidad

Foto: Cortesía

La pólvora y los rastros de ceniza son la materia prima de sus obras, ¿cómo surge la idea de realizar con este material?

He intentado la producción de unas obras arriesgadas que aspiran a la complejidad aun sin conocer de antemano algunos medios que he usado, sin embargo lo he hecho desde una intención experimental cuyo propósito fue el de averiguar qué ocurría en los intersticios de medios diversos, en sus fronteras.

Publicidad

Creo haber conseguido expandir el campo de los medios que he usado: trasladar el grano fotográfico de diminutas fotografías de archivos del siglo XIX o los pixeles de una Leica de la más alta definición hacia enormes telas, sustituyendo el grano o los pixeles por granos de pólvora supone –más allá del reto técnico– un salto cualitativo; una redefinición del medio y una proliferación del sentido original de esas imágenes.

¿Cuál fue el reto de realizar estas piezas y cuánto tiempo le tomó realizar todo el trabajo?

La serie se desarrolló en los años 2016 y 2017, durante el proceso de paz en Colombia. Nos enfrentamos al riesgo previsible de adentrarnos a territorios bajo el dominio de los actores armados, tanto guerrilleros como paramilitares. Desde la perspectiva actual debo anotar que el proceso de paz se limitó a la dejación de armas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Sin embargo, la violencia más contumaz que es aquella que ejerce el Estado feudalista y los terratenientes en Colombia está muy lejos de desaparecer.

Diseñador gráfico cuencano, uno de los ilustradores de ‘La masacre de Texas’ para Netflix

¿Estas imágenes que proceden de fotografías son de algún lugar en específico o de varios lugares? ¿Cuáles?

Publicidad

El proyecto consistió en recorrer los departamentos o provincias más afectados por la guerra para capturar imágenes de territorios detenidos en el tiempo y que de alguna manera estuvieran signados por la violencia ya sea de forma material o en el imaginario de esa sociedad. Antioquia, Meta, Sur de Bolívar, Valle del Cauca, etc.

Foto: Cortesía

¿Esta exposición piensa llevar a otra ciudad de Ecuador o incluso a otro país?

Línea negra ya ha sido exhibida en las principales ciudades de Colombia, en Miami y en la Ciudad de México. Además, hizo parte de mi muestra antológica en el Museum of Latin American Art de California. Esta es la primera vez que se exhibe en Ecuador una pequeña parte de la serie; si me invitan, vengo.

‘Es un sueño hecho realidad’, dice Karen Montero, la actriz ecuatoriana que participa en ‘The Bay’, serie ganadora de 23 Emmy

¿Cómo llega el arte a la vida de Tomás, desde hace qué tiempo está inmerso en este mundo, comparte esta actividad con otra profesión?

Desde los 15 años vivo del arte, pude costear mis estudios gracias a esas obras iniciales que no tenían ninguna pretensión, salvo la estética. Estadísticamente se sabe que solamente el uno por ciento de personas que estudiaron Arte puede vivir exclusivamente de su producción artística. Me considero un afortunado poder haber hecho siempre lo que he querido, trabajar en aquello que uno gustosamente lo haría gratis y que te paguen por hacerlo es un privilegio mayor.

¿Cuáles son los próximos proyectos de Tomás y en dónde se podrá verlos?

El proyecto en el cual estoy trabajando ahora consiste en varias instalaciones que se derivaron de mi investigación sobre la arquitectura vernácula del eje cafetero colombiano. Conceptualmente gira en torno a la tierra, pero no desde las tendencias románticas telúricas sino desde una perspectiva política en torno a las reformas agrarias fallidas de Latinoamérica. Pretende convertirse en un alegato a los regímenes feudales de tenencia de millones de hectáreas de tierra en manos de las élites retrógradas. (I)

Dato: La exhibición estará abierta hasta el miércoles 13 de abril en el piso cuatro de ArtGallery, en el edificio Diana Quintana, km 2,5 de la av. Samborondón. Horario de atención: de lunes a viernes de 14:00 a 18:00.