El Festival de Cine de Cannes abrió su 78ª edición con una ceremonia cargada de memorias cinematográficas y sin lugar a duda, posicionamiento político.
La noche del lunes 13 de mayo, Robert De Niro recibió la Palma de Oro honorífica por su trayectoria, de manos de su viejo colega Leonardo DiCaprio, en un encuentro que homenajeó el cine con un llamado a la defensa del arte y la democracia:“Somos una amenaza para los fascistas del mundo”, expresó el actor de 81 años ante una audiencia que lo ovacionó de pie.
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Lo dijo característico tono directo, De Niro aprovechó su discurso para criticar las políticas de Donald Trump, a quien calificó de “presidente filisteo”, y alertó sobre los intentos de censura, los recortes presupuestarios a las artes y la cultura, y el resurgimiento de discursos autoritarios: “El arte representa diversidad, libertad, pensamiento crítico. Por eso nos temen”, afirmó.
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Leonardo DiCaprio, mientras entregaba el galardón, recordó su primera película junto a De Niro, This Boy’s Life en 1993, y la reciente colaboración en Killers of the Flower Moon: “Fue el actor que me mostró cómo hacerlo bien, con compromiso y con respeto al oficio”, dijo DiCaprio antes de abrazar a su mentor y amigo.
El homenaje se dio en una noche con varios guiños a la historia y al presente, se recordó a la actriz belga Émilie Dequenne, fallecida en marzo, y a la fotoperiodista palestina Fatima Hassouna, quien murió en un ataque aéreo en Gaza. Juliette Binoche, presidenta del jurado, leyó un poema de Hassouna y subrayó la necesidad de seguir creando en medio de la violencia. “El arte resiste cuando todo lo demás arde”, dijo.
De Niro, que presidió el jurado de Cannes en 2011 y ganó la Palma de Oro en 1976 por Taxi Driver, participará hoy en una clase magistral en el Palais. Su aparición cierra un círculo, pero también dejó una advertencia: “No basta con contar historias, hay que proteger el terreno donde las contamos”, finalizó. (E)