Fracasar en la misión de escalar la montaña más alta del mundo resulta algo muy probable. Incluso muchos mueren en el intento. Por ello, conquistar esa cumbre del Himalaya suena como el compromiso más alocado que un ser humano pueda emprender, sobre todo si carece de la experiencia que requiere esa actividad reservada para muy pocos.
Bajo esa premisa parte la película francesa El ascenso (L’ascension, 2017), que desde Netflix narra la historia de Samy Diakhate (Ahmed Sylla), joven parisino de origen senegalés que en un arranque de amor se compromete con su amiga de la infancia, Nadir (Alice Belaïdi), a escalar el Everest para comprobarle que su amor es verdadero.
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¡Lo realmente increíble es que Samy no tiene ninguna experiencia en montañismo!
Esta comedia romántica, escrita y dirigida por Ludovic Bernard, está basada en la historia real de Nadir Dendoune, un periodista que en 2008 se convirtió en el primer franco-argelino en llegar a la cima del mundo. Sin embargo, la película no detalla la experiencia de Dendoune, ya que el realizador nunca leyó su libro para esta adaptación.
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Samy emprende así una meta que parece físicamente imposible, la cual enfrenta con la sencillez y voluntad que solo puede emprender un corazón enamorado. El resultado es un desarrollo marcado por el autodescubrimiento y con una buena carga de aventura, emoción y humanidad.
El diario ABC (España) indica que esta es la primera película de ficción filmada en el campamento base del Everest South, una zona de acampada rudimentaria utilizada por los escaladores durante su ascensión y posterior descenso para descansar varios días con el objetivo de aclimatarse y evitar posibles peligros derivados del mal de altura.
Ese y otros escenarios, la mayoría con paisajes subyugantes, exhiben el complicado camino que lleva hacia el techo del planeta. (E)