La esperada reimaginación de El sobreviviente llegó a las salas de cine, marcando el regreso del clásico distópico de Stephen King a la gran pantalla con una propuesta renovada y profundamente crítica.
La película, dirigida por el británico Edgar Wright, se estrenó mundialmente el 13 de noviembre de 2025 y aterrizó simultáneamente en los cines ecuatorianos, donde capturó la atención del público por su perspectiva contemporánea sobre la relación entre entretenimiento, violencia y desigualdad social.
Basada en la novela que King publicó bajo el seudónimo de Richard Bachman, El sobreviviente (The Running Man) se desarrolló en un futuro sombrío donde la televisión ejercía control total sobre la vida de las personas. En ese universo distópico, los sectores más vulnerables eran obligados a participar en un programa televisivo mortal, perseguidos por cazadores profesionales a cambio de la promesa de obtener dinero para salvar a sus familias.
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Esta premisa, lejos de suavizarse para el público moderno, fue intensificada por Wright, quien apostó por una adaptación más oscura y cercana al espíritu del libro tras la versión de 1987 protagonizada por Arnold Schwarzenegger.
“Nuestra intención es hacer una película más fiel al espíritu de King, una reflexión sobre la desesperación, el control y el espectáculo”, había señalado Wright en declaraciones previas, y la cinta cumplió con ese objetivo al abordar sin concesiones la manipulación mediática y la mercantilización del sufrimiento humano.
El guion, coescrito por el propio Wright junto con Michael Bacall, combinó su característico ritmo frenético con una sensibilidad social marcada, apoyado por la producción de Paramount Pictures, que impulsó una puesta en escena visualmente ambiciosa.
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La película ofreció una mezcla de adrenalina, humor negro y tensión constante, sello del cineasta de Baby Driver y Last Night in Soho, trasladada esta vez a un universo distópico que resonó inquietantemente con la actualidad.
El reparto encabezado por Glen Powell aportó una enorme potencia dramática al relato.
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Powell interpretó a Ben Richards, un padre desesperado que decidió ingresar al letal concurso televisivo para obtener el dinero que necesitaba para salvar a su hija enferma. Su actuación profundizó en el dilema moral entre la supervivencia propia y la dignidad humana, consolidando uno de los papeles más intensos de su carrera.
A su lado, Josh Brolin dio vida a Dan Killian, el implacable productor del programa; Colman Domingo encarnó al carismático presentador Bobby Thompson; y un sólido elenco secundario integrado por Lee Pace, Michael Cera y William H. Macy aportó capas de cinismo, ironía y dramatismo que enriquecieron la historia. (E)






























