La nueva película de Jamie Dornan, una historia irlandesa del paso de la infancia a la adultez, lleva el nombre de la ciudad norirlandesa donde Dornan pasó los primeros diecinueve años de su vida.

Basada en las experiencias de la infancia del guionista y director Kenneth Branagh, la película narra la historia de Buddy (Jude Hill), un niño de 9 años, su querido padre (Dornan) y su protectora madre (Caitriona Balfe), quienes se plantean si deben quedarse en Belfast después de que en su barrio estalla un conflicto a causa de la violencia sectaria.

Belfast está rodada en blanco y negro, dirigida por un hombre cinco veces nominado al premio Oscar y protagonizada por Judi Dench en el papel de la madre de Dornan; en otras palabras, está muy lejos de la franquicia de “Cincuenta sombras de Grey”, triología que años atrás lanzó a Dornan a la fama.

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Desde su exhibición en el Festival de Cine de Telluride a finales de agosto de este año, la cinta recibió reacciones y críticas tan positivas que muchos expertos la consideraron una de las principales candidatas a ganar la categoría de mejor película en el premio Oscar, una hipótesis que se cumplió en parte con las recientemente anunciadas nominaciones de los Globos de Oro. Belfast está nominada a mejor película y Dornan, como mejor actor de reparto.

Los ojos de Dornan son de un azul tan oscuro que parecen ser todo pupila, lo que confiere a su mirada en la pantalla un aspecto de otro mundo que sus papeles más notables aprovechan al máximo. Belfast aprovecha al máximo su mirada etérea: cuando la familia de Pa se ve amenazada, los ojos de Dornan se ensanchan, heridos, y luego se endurecen en una mirada fija.

“Creo que su presencia en la pantalla es de verdad capaz de transmitir el peligro, tanto la preocupación por su potencial cercanía, como su capacidad personal para producirlo”, escribió Branagh en un correo electrónico.

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Cada vez que el joven Buddy mira a su padre, es como si contemplara el propio sol, y Branagh se apoya en esa adoración del héroe, filmando a Dornan en blanco y negro como un ídolo literal de la pantalla grande que canta Everlasting Love en la escena central de la película. Aunque Pa se basa en el padre de Branagh, Dornan lo ha impregnado de las características de su propio padre, un hombre al que también adoraba mientras crecía.

Foto: CHARLOTTE HADDEN

El actor se fue de Belfast justo cuando estaba a punto de cumplir 20 años, tres años después de que su madre muriera de cáncer de páncreas. Había pasado ese tiempo intermedio sin rumbo y bebiendo demasiado hasta que su hermana mayor, preocupada, lo inscribió en un programa de telerrealidad de modelaje, lo cual suena lógico.

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No ganó el programa pero, tras mudarse a Londres, igual ascendió de manera rápida en el escalafón del modelaje masculino, es decir, posó con Kate Moss, salió con Keira Knightley y fue apodado “El torso de oro” por este mismo periódico. Antes de aquella sesión de fotos de 2006 para The New York Times, recuerda haber estado fuera toda la noche. “Me gustaría decir que he madurado desde entonces, pero no estoy seguro de haberlo hecho”, comentó.

Dornan siempre había querido actuar, pero tenía miedo de empezar a preocuparse, así que se quedó con el modelaje hasta que empezó a cuajar. “No me parece que estar ahí tomándote fotos sea tan interesante como para hacerlo durante varias décadas”, agregó. “Si te satisface, y puedes tumbarte con sinceridad en la cama diciendo: ‘Me siento muy bien con lo que estoy haciendo’, entonces genial. Pero yo no lo estaba”.

Una vez que pasó a la actuación y empezó a preocuparse por su carrera, las cosas se pusieron difíciles. Su primera audición fue para interpretar a un conde que llama la atención de Kirsten Dunst en María Antonieta (2006), y se quedó con el papel de inmediato. “Tuve mucha suerte de empezar a ese nivel; luego apenas trabajé durante ocho años”, dijo Dornan. “Era esa cosa rara de que te muestren la zanahoria, y luego te la quitan, y hasta te quitan las migajas, y dices: ‘Ay, Dios, ¿no había una zanahoria aquí hace un minuto?’”.

Estuvo buscando durante mucho tiempo un proyecto que se mantuviera, e incluso cuando consiguió un papel de serie regular como el guapo alguacil de la serie fantástica de ABC, Érase una vez, esta fue eliminada de manera abrupta después de nueve episodios. Pero fue entonces cuando conoció a Warner, a quien atribuye el mérito de haber sido una influencia estabilizadora en su vida y su carrera. Y no mucho después de casarse, Dornan consiguió su papel de asesino en La caza, un trabajo que lo puso en el radar de los ejecutivos de reparto de Hollywood que buscaban al hombre adecuado para interpretar a un guapo sádico.

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¿Interpretar a Christian Grey le proporcionó al menos un grado de seguridad en su carrera? “No”, dijo Dornan, “debido al paquete único que presentaba Cincuenta sombras de ser un proyecto muy denostado, y a que los libros eran lo que eran: lo amados que eran por la comunidad de admiradores y lo duro que eran reprobados por la crítica. Eso es único en sí mismo”.

Lo está intentando y lo ha hecho durante un tiempo (incluso antes de La caza, hizo una prueba para Superman, papel que perdió ante Henry Cavill). Conseguir un papel de superhéroe ahora le ofrecería la oportunidad de volver a las franquicias cinematográficas no como un recién llegado desesperado por afianzarse, sino como un actor establecido que ha demostrado lo que puede hacer. Y sabe que ese estrecho camino existe porque Robert Pattinson ha conseguido recorrerlo, pasando de ser el galán de Crepúsculo a una estrella del cine independiente con tanto garbo que volvió a dar un giro y utilizó su nueva credibilidad para conseguir el papel principal en The Batman del año que viene.

¿Un superhéroe? Jamie Dornan admite haberse reunido con ejecutivos de Marvel para analizar sus posibilidades a futuro. Foto: CHARLOTTE HADDEN

Dornan es honesto sobre las películas que codicia, y se ha reunido con el jefe de Marvel Studios, Kevin Feige, para ponerse la capa y las mallas. “Soy más ambicioso de lo que nunca he dejado entrever”, afirmó Dornan. Parte de ello es convertirse en padre. “Es como una necesidad de entregar y proveer, muy cavernícola: tengo que triunfar por estas preciosas personitas. Además, desde que murió mi padre, se ha encendido un fuego adicional dentro de mí, una chispa extra de querer tener éxito”.

Ese deseo no es para ganar el amor que nunca tuvo. “Papá me diría eso infinitas veces cada día de mi vida, así que no busco eso”, precisó Dornan. “Pero por alguna razón, desde que él se ha ido, tengo una cosa rara de querer demostrarme algo a mí mismo, demostrar algún tipo de sucesión que sea impresionante”. Y ahora que ha canalizado a su propio padre, ¿no deberían estar sobre la mesa otros héroes?