Los sonidos tradicionales de la calle Panamá y el andar de los transeúntes son parte de la ajetreada jornada diaria del centro de Guayaquil; pero unos murales plasmados en algunos de sus edificios invitan a una pausa amena para no solo contemplar arte, sino reflexionar y conversar sobre cada una de las propuestas de la muestra de arte contemporáneo A cielo abierto, del Proyecto Calle Panamá.

Iniciando por la Víctor Manuel Rendón y Panamá, en una dimensión de 17 metros de alto por 21.93 de ancho, se encuentra La Maestranza, de Lorena Peña Puga. Bajo la técnica de pintura y trazo forjado, Peña hace un repaso por la época de la faena del cacao y la importancia de los astilleros. "Uno de los temas que quise topar es esa relación que Guayaquil tenía con el Río Guayas y cómo eso se ha ido perdiendo, esa fue la base de mi investigación”, explica la artista, quien -junto a un equipo de muralistas- realizó un fondeo sobre el que se instaló unas estructuras de metal para formar los personajes caricaturescos.

"Apropiarse o estar en un espacio público es sumamente importante, así que para mí esta oportunidad también ha sido para aprovechar este espacio de creación y poder visibilizar estos momentos o logros históricos, porque debato mucho sobre los símbolos que nosotros consumimos en nuestro espacio público y creo que es necesario tener estas imágenes o estas representaciones de la historia de Guayaquil que nos permitan reforzar nuestra identidad", agrega.

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Avanzando una cuadra, en la calle Panamá, la exposición solar -muy propia de la ciudad- interactúa con 61 piezas de acrílico que juntas forman un Genoma gigante. Se trata de la propuesta de José Luis Macas, una obra de pintura expandida.

“Lo que yo he hecho es hacer una suerte de metáfora o una suerte de evocación del arte, una posible genealogía cultural de lo que sería para mí Guayaquil, también desde una mirada poética que emana la iconografía de las culturas de las costas ecuatorianas”, indica el quiteño.

Genoma, José Luis Macas, en Roca y Panamá. Obra que se activa con luz solar. Foto de Carlos Barros.

De alguna manera la obra reúne información genética de lo que es Guayaquil, incorporando piezas con un símbolo diferente en cada una de ellas que tienen que ver con la flora y fauna, la cultura popular contemporánea, la historia naval - portuaria, y la evocación de los ancestros. "Cada pieza dialoga y genera una narrativa con las demás", señala sobre las piezas que se activan -a modo de sombra- con la luz solar y eléctrica.

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En tanto, en la pared del edificio del edificio de enfrente, una gama de colores sorprenden a primera vista, se trata del mural Barrio del Baxo, de Tayron Luna, que incluye siluetas de protestantes, La Torre Morisca, la zona bancaria y edificios del centro.

"Junté estas capas, las mezclé, agregué nubes… traté que la cromática sea lumínica.. agregué el color amarillo que le da esa sensación de calor de ciudad. Los colores son esa mezcla de sentimientos, de esas emociones urbanas que hay en la ciudad", dice el autor sobre el mural que tiene 35 tonos en total.

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María José Félix, directora de Cultura del municipio, ve al proyecto como una herramienta didáctica para conocer y valorar a los artistas de la escena local. “También pone en valor el arte contemporáneo, haciendo uso del espacio público como plataforma cultural”, señala.

“La visión de la Alcaldía de Guayaquil es acercar el arte a la comunidad a través de espacios que generen un diálogo permanente con la ciudadanía”, agrega.

Nuestro sol, de Peter Mussfeldt y Fotógrafo, de Jorge Velarde también forman parte de estas cinco obras dimensionales, curadas por Lupe Álvarez y Eliana Hidalgo. Para el próximo año se tiene previsto realizar tres obras de carácter tridimensional, que incluyen a las artistas Juana Córdova y Larissa Marangoni.

"Que mi obra sea parte de ese increíble proyecto, significa un reconocimiento importante a mi obra. Transité todos los días en los años sesenta y setenta la calle Panamá con su calle hasta la mitad lleno de Cacao para su secado", manifiesta Mussfeldt, sobre su obra situada en la calle Panamá entre Loja y Juan Montalvo

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"El proyecto tiene una increíble importancia para Guayaquil y tal como el Malecón 2000 se convertió en un sitio de recreo y disfrute del guayaquileño como del visitante nacional y del turista internacional; la calle Panamá será un nuevo y importante proyecto de nuestro Municipio y me enorgullezco ser parte de ese importante emprendimiento cultural".

El proyecto de regeneración urbanística de la calle Panamá está liderado por la Municipalidad de Guayaquil y la Empresa Pública Municipal de Turismo, Promoción Cívica y Relaciones Internacionales de Guayaquil. (I)

Peter Mussfeldt, posando junto a su obra Nuestro sol, situada en la calle Panamá entre Loja y Juan Montalvo. Foto cortesía