El chef Daniel Humm, de Eleven Madison Park, acostumbrado a que le paguen por elegantes cenas con tarjetas exclusivas, dice que su mayor recompensa durante la crisis del COVID-19 son las sonrisas agradecidas de los neoyorquinos pobres alimentados por el restaurante de tres estrellas Michelin que se transformó en una cocina a beneficio de las personas más necesitadas.