Esta confusión se da porque «lluvia» y «llover» se relacionan semánticamente y, también, por medio de sus raíces latinas: pluvia (‘lluvia’) se vincula con ploveĕre, latín vulgar que surgió de plueĕre (‘llover’).

El gerundio del verbo llover es con «o» (lloviendo), pero la «u» consta en algunas formas del presente y del imperativo (lluevo, llueves, llueve, llueven, llueva, lluevas, lluevan). Las demás conjugaciones se escriben con «o» (llovemos, llovía, llovió...).

Entonces, es formal decir que «llueve mucho»; pero no es adecuado formular que «¡está lluviendo a cántaros!».

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A propósito de «llover a cántaros», esta locución denota que la lluvia es abundante y estrepitosa.

Algunos derivados de lluvia y llover:

Lluvial. Adjetivo en desuso. Se refiere a la ‘lluvia o pluvia’. Este último vocablo se emplea aún en el lenguaje poético. Ejemplos: El intenso periodo lluvial…; La inclemente pluvia…

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Lluviano, na. Adjetivo en desuso. Significa ‘lugar que está mojado por una lluvia reciente’. Ejemplo: Caminó por un paraje lluviano…

Lluvioso, sa. Adjetivo. Denota ‘lluvias abundantes o copiosas’. Ejemplo: En la época lluviosa hay muchos accidentes en las carreteras, maneje con precaución.

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Llovedera. Sustantivo. Alude a una ‘lluvia persistente’. Este uso se registra más en Cuba, El Salvador y México. Ejemplo: La llovedera destruyó algunas vías del país.

Llovedizo, za. Adjetivo. Se emplea para apuntar a lo que pertenece o se relaciona con la lluvia. También se refiere a una bóveda, un techo o cualquier cubierta que tiene huecos por los que se filtra la lluvia. Ejemplo: La terraza de mi vivienda es llovediza y permite el paso de la humedad. (F)

FUENTES: Diccionario de la lengua española (versión electrónica) y Diccionario panhispánico de dudas (2005), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española; Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española, de la Real Academia Española.