La juventud ha conquistado el poder en el Giro, cuyas tres primeras plazas de la general, hasta la primera jornada de reposo este martes, están copadas por ciclistas de menos de 25 años, entre ellos la maglia rosa, el colombiano Egan Bernal.

A poco de llegar al ecuador de la carrera, la presente edición del Giro parece cada vez más destinado a un mano a mano entre Bernal (24 años) y Remco Evenepoel (21), el fenómeno belga que regresa tras nueve meses de inactividad por una grave caída.

Incluso el tercer escalón del podio provisional está ocupado por otro joven Aleksandr Vlasov (25 años), aunque el ruso debe demostrar aún que está al nivel de los otros dos.

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“Todos los ciclistas que están a menos de un minuto están en la pelea por la victoria”, declaró Bernal, incluyendo así a Vlasov, Ciccone, Carthy y el británico Simon Yates, que hasta ahora ha estado en un segundo plano, pero que podría aprovecharse del marcaje entre Bernal y Evenepoel, como demostraron el lunes al disputar ambos, malgastando fuerzas, un esprint intermedio.

En este mano a mano, Bernal se llevó la primera manga en Campo Felice, la selectiva llegada del pasado domingo, con más de kilómetro y medio final en un camino sin asfaltar, que Evenepoel cubrió en el mismo tiempo que el colombiano, pero no pudo luchar por la victoria al haber llegado mal colocado a ese punto.

Apenas 14 segundos separan a ambos antes de la etapa del miércoles, entre Perugia y Montalcino, que cuenta con 35 kilómetros de caminos de tierra, en la Toscana.

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Quizá por su pasado como ciclista de montaña, Bernal se muestra muy seguro en este tipo de superficie, como ya demostró también en marzo al acabar tercero en los caminos de este tipo de la Strade Bianche, aunque este martes se mostró prudente: “Si no pierdo tiempo ya me daré por contento”.

El colombiano, al frente del potentísimo equipo Ineos, pese a haber perdido a su lugarteniente, el ruso Pavel Sivakov, ya se proyecta sobre las futuras etapas de montaña, con el objetivo de sacar ventaja al ciclista belga para llegar con garantías a la contrarreloj final, el 30 de mayo en Milán.

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Interrogado este martes, Bernal fijó este margen de seguridad en un minuto y medio “para estar cómodos”. “Un minuto y medio sería el límite”, insistió el vencedor del Tour de Francia en 2019, quien admitió su sorpresa ante la fuerza exhibida por Evenepoel en los diez primeros días de Giro.

En su debut en una carrera de tres semanas, Evenepoel ha confirmado su potencial, desplazando incluso al portugués Joao Almeida (4.º en el Giro de 2020) como jefe de filas del Deceuninck-Quick Step. A su potencia descomunal en las piernas le añade una dosis de confianza en sí mismo desbordante.

Su entrenador Koen Pelgrim habla de un nivel “más que tranquilizador” tras las 10 primeras etapas y quita hierro al puñado de segundos de ventaja obtenidos por Bernal, que tiene mayor explosividad en los finales.

“Cuanto más largo sea el esfuerzo, mejor será para Remco”, aseguró en el diario belga Het Nieuwsblad antes de pronunciarse sobre las opciones de victoria frente al colombiano: “La esperanza es lo último que se pierde”.

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Pese a que ya han pasado 10 días, persisten las mismas dudas sobre el rendimiento de ambos ciclistas que existían antes del inicio de la carrera: los dolores recurrentes de espalda para Bernal, que ya le impidieron rendir el año pasado, frente a la capacidad de aguantar tres semanas de alta competición para un Evenepoel que hasta ahora tiene como mayor bagaje siete días seguidos (Vuelta de San Juan).

“Será la primera vez en su carrera, pero tenemos muchas señales que indican que su estado es bueno. Esto nos hace pensar que irá mejor de lo previsto en la tercera semana”, asegura Pelgrim. Bernal hará bien en no perderle de vista. (D)