Cada día resulta más difícil encontrar un tema grato en el deporte nuestro. Como periodista y hombre del deporte anhelo -como en otras épocas- sentarme al computador con la sonrisa con que lo hacía en una ruidosa máquina de escribir en tiempos de grandes programas deportivos, celebraciones victoriosas nacionales e internacionales, cosechas de medallas en torneos extrafronteras, emocionantes clásicos del Astillero y partidos de Copa Libertadores. Guayaquil tenía una cita deportiva cada tarde o noche de lunes a domingo. El deporte era parte del menú diario en la vida ciudadana.