Hernán Galíndez, portero argentino-ecuatoriano que milita en Aucas, asume como un “error” el hecho de haber aceptado fichar por la Universidad de Chile, cuadro al que llegó en enero de este año.
El guardameta pidió su salida al argumentar que estaba siendo víctima de hostigamiento junto con su familia, en redes sociales, luego que la FIFA fallara a favor de la Tricolor en la demanda interpuesta por la federación chilena por presuntas irregularidades en la nacionalidad de Byron Castillo.
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“Creo que me equivoqué y debo asumir el error que cometí, no era un buen momento, pero bueno, como siempre se dice, con el periódico del lunes es mucho más fácil (tomar decisiones)”, expresó el portero de 35 años.
“No salió como yo esperaba y por suerte tengo la posibilidad de volver (al país) seis meses después y a la ciudad donde me siento cómodo”, añadió Galíndez en conversación con DirecTV Sports.
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El guardameta recordó que en su paso por Chile cuando concedía entrevistas a la prensa de eses país, la mayor parte de las preguntas eran sobre Castillo, su compañero en la Tricolor.
“Cuando concedía entrevistas de siete preguntas, cinco respondía sobre Byron y a todos les decía lo mismo, que yo estaba seguro y que nosotros no teníamos duda (de su nacionalidad)”, indicó el arquero oriental.
“Siempre respondía lo mismo, porque es la verdad. Un día pasó algo: subí una foto (a sus redes sociales) cuando estuve con la Selección (en la gira por Estados Unidos), como siempre lo hago, por el orgullo que siento, y la gente, no de la ‘U’ sino de otros equipos, sintió como que yo los estaba retando por el fallo y me decían que me daba de comer un equipo de Chile”, añadió.
Sin embargo, la acción que fue determinante para decidir salir del club azul fue un hecho acontecido en un centro comercial y que le afectó a su hijo.
“La decisión de volver fue un episodio en un shopping, que un hincha de otro equipo de Santiago se me acercó, yo estaba con mi hijo de 5 años, y un poco bromeando, un poco en serio, no sé con qué ánimos se me acercó y me dijo que era hincha de otro equipo y que estaba seguro de que Ecuador iba a quedar fuera del Mundial, porque éramos unos tramposos”, manifestó.
Cuando mi hijo escuchó eso se puso a llorar y me dijo: ‘¿Cómo nos vamos a ir al Mundial? Vos me prometiste que íbamos a ir. Se puso a llorar y en ese momento dije que si puedo evitar ese tipo de situaciones, lo tengo que hacer y ahí fue donde terminé de tomar la decisión de que lo mejor era volver al país”, concluyó Galíndez. (D)