Cuando se escriba la historia del deporte de San Francisco de Milagro habrá que empezar por contar acerca de los espectáculos futbolísticos que dieron dos equipos de gran popularidad: el Club Sport Bolívar y el Enrique Valdez Concha. Ambos llenaban de aficionados las rústicas canchas de entonces, los años que siguieron al de la cantonización.

No solo el fútbol acaparó el interés de los milagreños. Al inicio de la década de los 20 el teatro Valdez empezó a ser escenario de grandes combates de boxeo profesional. Por el cuadrilátero que se instalaba en el escenario pasaron los mejores fistianeros de la época como Manolo Vizcaíno, Benicio Chinique, Kid Boykin, Carlos Zavala y el argentino Natalio Pera, protagonista del primer combate internacional en Milagro al enfrentar al nacional Vicente Coello, a quien apodaban El Martillador de Durán.

Cuando se creó en 1927 Liga Deportiva Cantonal y se instituyeron los campeonatos locales empezaron a predominar dos de los grandes clubes que registra la historia: el 24 de Mayo y el Calderón Sporting Club. A partir de 1930 empezó la fama de Unión Deportiva Valdez. Los choques de estas tres poderosas escuadras iban a convertirse en Clásicos del fútbol milagreño en los años 30 y los tres equipos iban a acaparar a los mejores jugadores.

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En 1929 el Calderón Sporting Club se clasificó campeón del torneo de la Liga Cantonal de manera invicta. Su poderío se asentaba en La Muralla, como empezó a apodarse a Plutarco Sánchez, un arquero de pequeña talla pero muy seguro de manos y de gran temeridad para afrontar los choques en el aire y en ir al piso a robar balones a los delanteros, y en la solvencia de sus defensas Máximo Espinoza y Eduardo Puig. Desde la defensa arrancaban los medios y los delanteros repletos de habilidad y capacidad de gol, entre los que estaban Roberto Astudillo, Enrique Mosquera, Augusto Hungría, Enrique Pardo, centro medio y capitán, Jorge Rodríguez, César Márquez, Jacinto Maridueña y Juvenal Arteaga.

En 1930, Unión Deportiva Valdez, con su nuevo nombre, inició los primeros excelentes momentos del fútbol milagreño. Empezaron a destacarse los grandes jugadores que tuvo en esa década: Ovidio Jurado, Pancho Martínez Roiz, Perfecto Zúñiga, José Brito, Viterbo Puig, Dimas Miranda, Omar Alcívar, Bolívar Bravo, Humberto Villacís, Luis Maridueña, Carlos Rubio, Tito Andrade y Humberto Barreno. Se inició la era de la visita de los mejores equipos guayaquileños que casi siempre cayeron en tierras milagreñas ante los cracks locales.

En 1931 los clubes porteños se fijaron en los jugadores de Milagro. Ese año salió hacia Guayaquil para alistarse en Norteamérica Ovidio Jurado, gran zaguero central que hacía pareja con Perfecto Chivo Zúñiga, quien fue también tentado por los nortinos pero se negó a dejar su tierra. Norte no alineó a Jurado como defensa sino como alero izquierdo.

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Ante Patria, mostrando que era un fuera de serie, el milagreño marcó cinco goles el día de su debut. Poco después fueron a Norte Dimas Miranda y Viterbo Puig, junto a Jurado, los precursores de la incursión en los planteles del puerto principal y los que mostraron el camino a otros que luego brillaron con luz propia como Tayiyo Salinas, Guido Andrade, Honorato Gonzabay, Carlos Altamirano, Carlos Serrado, Hugo Pardo, Flavio Nall, Humberto Barreno, Roger Cajas, Carlos y Hamilton Cuvi, Stalino Sánchez, Ciro Pontoni Guerrero, Ciro Santillán y algunos más.

La primera gran época de Unión Deportiva Valdez ocurrió en la década de los 30, conducido por Rafael Valdez Cervantes y el ingeniero filipino Arturo Bernaldes. Fue épica su victoria ante Panamá Sporting Club, uno de los clubes más poderosos de Guayaquil, que jugó reforzado por los hermanos Enrique y José Herrera, los famosos Gorra de Paco, por 2-1. El 15 de agosto de 1935 derrotó al Club Sport Patria por 3-1 formando con E. Wong; Perfecto Zúñiga y J. C. Jara; Bolívar Bravo, Gerardo Villafuerte y Luis Maridueña; César Márquez, José Brito, Enrique Raymondi, quien será más tarde El Maestro, uno de los más grandes jugadores ecuatorianos de todas las épocas, Eudolio Mondragón y Humberto Barreno.

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Antonio Muñiz Plúas, dirigente de la Liga Cantonal, fue quien hizo, por última vez, torneos de todos los deportes. Impulsó la construcción del estadio Los Chirijos, hoy casi abandonado.

El 19 de noviembre de 1935 se produjo la consagración definitiva de Unión Deportiva Valdez en el primer partido internacional jugado en la historia del fútbol milagreño. En esa fecha derrotó al equipo Gregg, de Cali, que llegó reforzado por el crack porteño Ernesto Cuchucho Cevallos. Los milagreños también tuvieron dos refuerzos: los afamados Mellizos Luis Antonio y José Luis Mendoza. Los colombianos alinearon con Ayala; Ramos y San Clemente; Salinas, Palacios y Ramos II; Montenegro, Echeverry, Torres, Gutiérrez y el porteño Cevallos. Valdez puso en el campo a lo mejor del fútbol milagreño de ese entonces: Wong; Rubio y Alvarado; el Chivo Zúñiga, Bravo y Maridueña; José Luis Mendoza, Luis Antonio Mendoza, Raymondi, Ramos y Barreno.

Fue ese equipo el que le dio a Milagro la primera victoria internacional barriendo a los paisas en el primer tiempo con un marcador 3-0 para vencer finalmente por 5-2 con una gran actuación de Raymondi, con arbitraje impecable de Jacinto Maridueña, ante un público enfervorizado que llenó las graderías del estadio Valdez que había sido inaugurado dos años antes, el 17 de julio de 1933, y era el único cuya cancha tenía césped en todo el país.

Luego vino la época de oro del deporte milagreño entre los años 1940 y 1958. Sus boxeadores como Norman Zea, Evelio Baquerizo y Francisco Chispe dominaban los torneos de la Federación Deportiva del Guayas. Los campeonatos de básquet femenino y masculino abarrotaban las graderías del coliseo Edmundo Valdez. Unión Deportiva Valdez triunfaba en fútbol en cualquier cancha del país hasta llegar al profesionalismo en el que dejó una huella profunda e inigualada al ganar los campeonatos de la Asociación de Fútbol del Guayas en 1953 y 1954, imponiéndose a Barcelona, Emelec, Everest, Patria, 9 de Octubre y a quien le saliera al paso.

Quedaron en la memoria sin olvidos del pueblo nombres como los de Alfredo Bonnard, Honorato Gonzabay, Carlos Serrado, Gastón Navarro, Leonardo Mondragón, Segundo Viteri, Julio Caisaguano, Fausto Villacís, Pancho Rengifo, Juventino Tapia, Carlos Altamirano, Washington Villacreces, Elías Tumbaco, Isidro Matute, Flavio Nall, Hugo Pardo y muchos más.

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La Liga Cantonal era la entidad que impulsaba el progreso de Milagro en todos los deportes. Recuerdo mucho los nombres de Edmundo Valdez Murillo, Vicente y Hugo Concha Píngel, Fausto Villacís Dávalos, Julio Vicuña Arellano, Luis Humberto Guevara y Ricardo Rodríguez Separovich, quienes hicieron de Milagro un centro productivo de estrellas. El último gran dirigente de la Liga Cantonal de Milagro que recuerdo fue el de Antonio Muñiz Plúas.

Fue él quien hizo, por última vez, torneos de todos los deportes. Fue el impulsor de la construcción del estadio Los Chirijos, hoy casi abandonado; el que logró que se instalara en ese escenario la iluminación que fue considerada una de las mejores de América y el que interesó al 9 de Octubre, en tiempos de Omar Quintana, a jugar en Milagro la Copa Libertadores.

Todo lo que ha venido después ha sido oscuridad, olvido, pérdida de identidad que hoy se esfuerza en ser rescatada por la Universidad Estatal de Milagro. Su rector, Fabricio Guevara Viejó, quiere devolver a Milagro la memoria de sus grandes días no solo en el deporte, sino también su historia, sus grandes hechos cívicos y culturales.

En pocos días aparecerá un libro que cumple ese papel: Recuerdos de Unión Deportiva Valdez. (O)