Fue festejo completo. Ayer, en el día de su cumpleaños número 26, Richard Carapaz mantuvo la maglia rosa de líder de la clasificación general del Giro de Italia e incrementó la diferencia con sus perseguidores. Además, el ciclista llegará a Verona este domingo, cuando se definirá al campeón del 2019, con ventaja para afrontar la prueba contrarreloj.

Distantes del trazado de la competencia, en casa siguen de cerca al pedalista carchense. En una edificación esquinera, en la periferia del cantón Julio Andrade, en la provincia del Carchi, Tania Rosero vivió tranquila los kilómetros finales de la etapa 17 que tuvo a Richard en la vigésima ubicación.

Ajetreada en las horas iniciales del día con las labores en casa, los primeros años de escuela de Santiago –su hijo mayor– y Sofía –la más pequeña de los Carapaz–, Tania esperó el resultado de la jornada que empezó a las 06:00 de Ecuador.

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Con una sonrisa recuerda cuando conoció a Richard, a quien mira ahora por la pantalla de un enorme televisor instalado en su hogar.

Es un día especial, su esposo cumple 26 años y a la distancia le envió su más cálido sentimiento, el que comparten como pareja hace cinco años. Tania ha sido testigo del despunte de Carapaz en la élite del ciclismo mundial, pero también de varias desilusiones sufridas, la última hace pocos días, cuando en la tercera etapa del Giro la estrella del Movistar Team quedó rezagada por un percance con su bicicleta.

“Hablamos luego de esa etapa. Él tenía frustración, pero con los pequeños le dimos ánimo y se levantó con una actitud muy positiva para ganar la cuarta etapa. Fue algo increíble, no nos esperábamos eso; ni él mismo, pero es un premio a su esfuerzo y dedicación con la bicicleta”, dice Tania.

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le levantaron el ánimo

Fuera de ese pequeño tropiezo, el desempeño de Carapaz en Italia solo es ascendente y es que en casa tiene un maestro, Santiago. “Gana las carreras como yo te enseñé, papá”. Esa es la frase de mi hijo cuando hablan”, cuenta Tania entre risas, mientras por la pantalla espera el arribo de Carapaz a la meta, en la localidad de Antholz.

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Con el final de la etapa, Richard vuelve a vestir de rosa, por cuarta vez. Una de esas mallas está reservada para su madre, Anita Montenegro, quien vive a unos 20 kilómetros, en la localidad de La Playa. “La otra es mía”, dice Tania.

“Ya le tengo un espacio reservado. Estará junto a la (malla) blanca que ganó el año pasado”, refiere la esposa del carchense, por la maglia blanca que portó el ecuatoriano en el 2018 cuando peleó por la clasificación del mejor joven del Giro.

Hoy, Richard volverá a defender la maglia rosa; restan cuatro etapas para conocer si se quedará con el título del Giro.

LA FAMILIA, A ITALIA

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Todo el entusiasmo que ha generado Carapaz ha motivado a la empresa privada y a entes gubernamentales a buscar darle una grata sorpresa al ciclista al cerrar el Giro.

Anita y Tania hicieron los trámites para su viaje a Italia en los últimos días, y ayer se sumó en la delegación Antonio Carapaz, padre del astro carchense. La madre fue invitada por una cadena nacional de TV, la esposa por la empresa telefónica local y Antonio irá con la ayuda de autoridades carchenses.

Para todos será la primera vez que puedan estar con el ciclista en una prueba internacional. “Siempre lo acompaño en las carreras locales, pero será la primera vez que lo hagamos en Europa. Espero que todo salga bien y poder esperarlo en la meta”, dice Tania ilusionada y con la mirada puesta en la televisión, de momento la única forma de tener cerca a su compañero desde la época colegial. “Nos separamos un tiempito, pero más pudo el amor”, expresa Tania Rosero. (D)