COLOMBIA
Del Salto Díaz son mis apellidos, y siempre para calmar la sed de lógica infantil me dijeron que se componía así porque yo solo “saltaba de día”. Pues en esta semana escuchar que Chávez Frías, conocido en el mundo twittero como chavezcandanga ha resucitado, me hace tratar de explicarme como a niña, lo que encierran su apellido, su alias y las intenciones del gran Hugo.

Debo confesarles que prácticamente brinqué de la cama la madrugada del lunes… Bastaron tres tuits de @chavezcandanga para despertarme y para que los ojos de sus seguidores sonrieran con júbilo. Hugo Chávez anunciaba su regreso a la bella e insegura Caracas.

Han pasado dos meses desde que solo hemos escuchado al muy poco simpático ministro de Comunicación repitiendo lo que Chávez “dijo que nos diga”: que entró, que salió y que se complicó en el quirófano, nada más… Haciendo honor a mi apellido he pasado de saltos y sobresaltos, en diciembre su neófito heredero Maduro anunciaba que había hablado con su comandante, luego los arrebatados españoles de El País publicaron la foto de un mofletudo feo con tubos, (en Venezuela más que por el error se ofendieron por comparar al líder de la revolución bolivariana con ese mexicano dePor ahora, a seguir sus silenciosas reflexiones, que las gritará a través de @chavezcandanga, que según Maduro, tiene 4 millones de seguidores, yo entre esa gran masa. la red) …Hasta que por fin una luz. Salió el poderoso yerno, además ministro de Ciencia y Tecnología de Hugo, con particular simpatía, desbordaba alegría al mostrar imágenes de Chávez con sus hijitas celebrando el San Valentín…

“Volvió, volvió, volvió” gritaba una marea humana roja fuera del Hospital Militar donde continúa el casi eterno tratamiento del mandatario, quien dice estar muy agradecido con los ñaños Castro… No faltan los escépticos que aseguran que Chávez se valió de la oscuridad de la madrugada para pisar o aterrizar en suelo venezolano. Calladito para que nadie lo viera si camina o si domina como siempre. Ahora el silencio en torno a su estado es atronador.

Puse Chávez en el buscador de la Real Academia de Lenguas y sugirió “chavar” como palabra más próxima que significa: molestar, fastidiar. Luego indagué por “Candanga” y, ¿qué creen?, es el nombre que se le da al príncipe de los ángeles rebelados, también se usa para calificar una ocupación o situación que produce molestia o hastío. –Que no se me ofendan algunitos–, solo estoy traveseando en el diccionario, mientras espero más noticias del presidente de los hermanos bolivarianos.

Lo que sí Chávez se ha ganado es el sinónimo de “impredecible”… Que se va, que vuelve, que llega pero no gobierna porque entabla pero no habla.

Por ahora a seguir sus silenciosas reflexiones que las gritará a través de @chavezcandanga, que según Maduro tiene 4 millones de seguidores, yo entre esa gran masa. Aunque en estos últimos días lo he extrañado, ha estado ausente también de la red social.

¿Y ahora quién podrá ayudar a los venezolanos?, ¿cómo va a seguir Venezuela, la Celac, los desamparados y preocupados “superamigos” de la región?…, ¿se llamará a elecciones?, ¿quién va a mandar, quién va a gobernar?... Disculpen –otra vez me “sobresalto”–, pero es necesario que alguien tome las riendas, que digan la verdad sobre lo que tiene el mandatario y no solo lancen vivas, confetis y cohetes al aire por el esperado retorno…

Escuché que Rafael está armando maletas para ir a visitar a su “gran amigo” a Caracas, yo digo que primero le mande un mensajito al Twitter, cuidado le pasa lo de Evo: que fue y ni un churo de Chávez puedo ver.