Repara en el hecho de que a las actividades culturales en Guayaquil se las llaman “eventos”. Y para el director artístico español Ramón Barranco esta forma de denominar aquí un programa tiene sentido, ya que, como la palabra lo señala, son actos que en esta ciudad suceden de manera eventual, sin continuidad y constancia. Esa ha sido por lo menos la realidad de los últimos treinta años, manifiesta. Lo sabe porque lo ha indagado.










