EFE
LOS ÁNGELES, EE.UU..- Sylvester Stallone, ícono del cine de acción de Hollywood durante las últimas tres décadas, cumplió ayer 65 años en la cúspide de una industria incapaz de jubilar a uno de sus ídolos más queridos, aún en plena forma y dispuesto a seguir repartiendo golpes pese a la edad. El boxeador Rocky Balboa y ese veterano de Vietnam, Rambo, personajes más célebres del actor, a quienes encarnó hasta en diez ocasiones (seis entregas del primero, la última en el 2006; cuatro del segundo, la última en el 2008), andan de celebración.
Rocky (1976) fue el mayor éxito en su carrera, un filme con el que fue candidato al Oscar como mejor actor y guion original, convirtiéndose por entonces en la tercera persona en conseguir esa doble nominación, tras Charles Chaplin (The Great Dictator, 1940) y Orson Welles (Citizen Kane, 1941). Fue el triunfo de un sueño personal, buscado con su propio sudor y lágrimas tras unos primeros pinitos en la industria del cine para adultos. Stallone reunió el millón de dólares que necesitaba para su proyecto personal y fabricó una de las sagas más conocidas del cine.
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La cinta obtuvo diez candidaturas a los Oscar y se llevó la estatuilla dorada a la mejor película, pero aquel enorme reconocimiento en esa etapa de su carrera no evitó que con el tiempo el actor se convirtiera en uno de los blancos favoritos de los Razzies (los anti-Oscar de la industria), al poner en jaque su hieratismo y economía gestual, cualidades por las que el intérprete adquirió fama.
Así fue coronado como peor actor del siglo en el 2000 ("por el 99,5% de las películas que ha hecho", rezaba el anuncio de la fundación Golden Raspberry Award, que entrega los temidos galardones) y se llevó el premio a título individual por filmes como Rambo III (1988), Stop! Or My Mom Will Shoot (1992), y compartido con Sharon Stone como peor pareja por The Specialist (1994).
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Tras Rocky Balboa, Stallone pocas veces encontró el afecto de la crítica, pero aquel éxito le permitió construir una carrera cimentada a base de tiros y tortazos, como los que protagonizó en Cobra (1986) -junto a su entonces esposa, Brigitte Nielsen-, Tango & Cash (1989), Cliffhanger (1993), Demolition Man (1993), Judge Dredd (1995), Assassins (1995) -con el español Antonio Banderas- o Daylight (1996).
En ese momento el intérprete, preocupado por los derroteros que tomaba su carrera y tras comprobar su paso con más pena que gloria por la comedia, sorprendió a todos con una de sus mejores interpretaciones gracias a Copland (1997), donde daba vida a un triste y apocado policía.
Después apostó por probar la animación por primera vez en (Antz, 1998), pero el nuevo siglo no parecía depararle un gran futuro y esa época supuso su peor momento. Stallone grabó algunas de sus peores cintas como Driven (2001) o Avenging Angelo (2002).
Hollywood no confiaba ya en una de sus grandes estrellas, así que la solución para Stallone fue resucitar a sus clásicos. Justo cuando nadie daba un duro por él, el actor se sacó de la manga Rocky Balboa (2006) y Rambo (2008), que ingresaron más de $ 200 millones de forma conjunta en la taquilla mundial.
El actor, casado desde 1997 con la exmodelo Jennifer Flavin, vive ahora una segunda juventud, tal y como demostró en The Expendables (2010), el filme que, bajo su batuta, reunió a los grandes nombres del cine de acción de los últimos años, como Arnold Schwarzenegger, Bruce Willis, Mickey Rourke, Jason Statham, Jet Li o Dolph Lundgren.
Stallone estrenará la segunda parte (para la que se espera la participación de Jean-Claude Van Damme) en agosto del 2012. Mientras, se mantiene en el ojo del huracán con la cinta de animación Zookeeper, que llega mañana a las salas de EE.UU., y el rodaje de Bullet to the Head. Cómo no, otra de acción.